La antigua Yugoslavia, un territorio que ha sabido reinventarse tras los conflictos de los años noventa, se ha convertido en un atractivo imán para el turismo europeo y mundial. Destinos como Dubrovnik y Sarajevo han logrado captar la atención de millones de visitantes gracias a su rica historia, belleza natural y vibrante cultura.
Dubrovnik: La Perla del Adriático
Conocida como la Perla del Adriático, Dubrovnik es el gran icono turístico de la región, especialmente tras el éxito de la serie Juego de Tronos. Su casco antiguo, amurallado y declarado Patrimonio de la Humanidad, se asoma majestuosamente al mar, atrayendo a turistas de todo el mundo. Aunque no es el destino más asequible, su mezcla de historia y ambiente mediterráneo sigue seduciendo a los viajeros.
El auge de los cruceros y el llamado «turismo de pantalla» han disparado su popularidad, convirtiéndola en un destino imprescindible en el itinerario de muchos turistas.
Otros destinos destacados
Split, puerta de entrada a las islas croatas, destaca por su centro histórico que se desarrolla dentro del antiguo Palacio de Diocleciano. Con una oferta de alojamiento y restauración más asequible que Dubrovnik, su paseo marítimo se llena de vida tanto de día como de noche.
En la isla de Hvar, anteriormente un «secreto bien guardado», hoy los visitantes disfrutan de un ambiente veraniego y glamour, con precios aún razonables fuera de la temporada alta. Kotor, en Montenegro, ofrece un casco amurallado impresionante y vistas espectaculares, siendo una opción más tranquila y económica que muchos destinos croatas.
Por su parte, Budva combina historia con diversión y playas, mientras que Sarajevo se presenta como una de las ciudades más singulares de Europa, fusionando herencias culturales y gastronómicas en un entorno urbano accesible.
Mostar, famosa por su puente viejo, ha atraído a miles de turistas, que se maravillan con su belleza y los saltos de los clavadistas al río Neretva. La pequeña capital eslovena, Ljubljana, ha sido reconocida como una ciudad «boutique», ideal para escapadas urbanas, y el Lago Bled se ha convertido en un destino icónico por su belleza natural.
Finalmente, Ohrid, situado a orillas del lago del mismo nombre, se destaca por su casco antiguo y su atmósfera vibrante, siendo un destino ideal para los que buscan tranquilidad y cultura sin los precios elevados de la costa adriática.
Estos destinos, cada uno con su propio encanto, no solo reflejan la rica historia de la antigua Yugoslavia, sino que también ofrecen experiencias únicas que continúan atrayendo a turistas de todas partes del mundo.
