El grupo parlamentario de VOX ha presentado una proposición de ley orgánica esta semana para prohibir el nicab y el burka, argumentando que las mujeres están más desprotegidas que nunca desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. La portavoz del partido, Pepa Millán, hizo el anuncio en una rueda de prensa el pasado martes, destacando datos alarmantes sobre delitos cometidos por personas de «culturas incompatibles con la nuestra».
La propuesta, oficialmente titulada «para la protección de la dignidad de las mujeres y la seguridad ciudadana en el espacio público», subraya que España es una de las grandes naciones que ha configurado la civilización europea, basada en la tradición cristiana y la cultura grecorromana. Millán enfatizó que la llegada masiva de inmigrantes de países con fuerte influencia islamista plantea un desafío para los poderes públicos de las naciones occidentales.
La propuesta de VOX recuerda que varios países europeos, como Francia, Bélgica y Suiza, han implementado restricciones similares a través de consultas populares, y cita un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que respalda dichas medidas. El partido argumenta que la normalización de hábitos extranjeros, como el uso del nicab y el burka, es una amenaza a los valores occidentales.
El texto legislativo propone una prohibición explícita de estos velos en el espacio público, señalando que el nicab solo deja ver los ojos, mientras que el burka oculta completamente el rostro. Millán también mencionó que ha visto nicabs en Barcelona, incluso en zonas turísticas como el Paseo de Gracia, lo que sugiere un aumento en su presencia.
A pesar de la urgencia de esta propuesta, se prevé que no cuente con el apoyo del gobierno actual ni de otros partidos como el PP, que, aunque está endureciendo su postura sobre inmigración, probablemente se oponga. La creciente islamización de las sociedades es un tema que genera debate, especialmente en entornos escolares, donde se ha observado un aumento en el uso de hiyab entre adolescentes.
La situación plantea un dilema sobre cómo abordar la diversidad cultural y religiosa en un estado aconfesional. A medida que las autoridades se enfrentan a esta cuestión, las voces a favor y en contra de la prohibición se intensifican, reflejando un momento crítico en el debate sobre la identidad y los valores en España.
Las próximas semanas serán cruciales para el futuro de esta propuesta legislativa. La presión social y el debate público sobre la integración y la convivencia interreligiosa marcarán el rumbo de la discusión. ¿Logrará VOX avanzar en su agenda o quedará su propuesta en el olvido?
