Desarrollo urgente: Hoy, miles de personas han sido testigos del 65º desembarco de la Romería Vikinga en Catoira, donde los vikingos, al grito de ¡Úrsula!, han llegado en tres drakkars recorriendo la Ría de Arousa y desembarcando en el río Ulla.
En medio de un ambiente de agua, barro y el sonido de espadas, estos guerreros del norte se enfrentaron a unos 200 lugareños decididos a defender su territorio, logrando que la batalla fuese más intensa gracias a la marea alta que complicó el desembarco.
La celebración ha atraído a visitantes de diversas partes, incluyendo a una familia de Barcelona y a otra de Cuba, quienes se unieron a la resistencia local. “Nos gusta conocer la cultura de cada lugar”, afirmó Leonardo, un padre que disfrutó del espectáculo con su hijo.
Los vikingos, a pesar de su furia, no lograron avanzar y se vieron obligados a saquear la ermita de Santiago y las provisiones de la zona, un hecho que ha generado un ambiente festivo entre los asistentes, quienes han disfrutado del tradicional churrasco y los mejillones de gran tamaño.
El evento, que conmemora la invasión real de los normandos en el siglo IX, no solo ha sido una batalla, sino un festival de cultura y tradición que ha unido a extraños y lugareños. “La gastronomía fue la que volvió a unirnos”, expresó un vecino de Catoira, una localidad con apenas 3,500 habitantes que ha visto florecer la tradición de esta fiesta de Interés Turístico Internacional.
La Romería Vikinga no ha terminado; hoy se llevará a cabo el Desembarco Vikinginho, donde los niños llegarán en sus minidrakkars a partir de las 11:00 horas, forjando futuros guerreros para una celebración que trasciende fronteras y tradiciones.
Este evento no solo es una representación histórica, sino un espectáculo que continúa llamando la atención de miles, reafirmando su lugar en el calendario cultural de España.
