Desarrollo urgente: El Departamento de Estado de EE. UU. ha desestimado el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de varios países occidentales, calificándolo de «gesto de cara a la galería» y enfatizando la necesidad de «una diplomacia seria». Este anuncio se produce en un contexto de creciente tensión en Gaza, donde la situación humanitaria es crítica.
Un portavoz del Departamento de Estado afirmó: “Nos centramos en una diplomacia seria, no en gestos de cara a la galería”. Las prioridades de EE. UU. incluyen la liberación de los rehenes, la seguridad de Israel y la paz en la región, condiciones que consideran inviables con la presencia de Hamas.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, subrayó que el presidente Donald Trump «ha sido muy claro» en su desacuerdo con el reconocimiento de Palestina y habló sobre este tema en su reciente visita al Reino Unido, junto al primer ministro Keir Starmer. Leavitt continuó: “Considera que esto no aporta nada para la liberación de los rehenes, que es el primer objetivo ahora en Gaza”.
Leavitt argumentó que el reconocimiento de Palestina es una «recompensa para Hamas» y que tales decisiones no son más que «palabrería» por parte de algunos aliados. La administración Trump mantiene su enfoque en la resolución de la crisis actual, insistiendo en que la diplomacia debe ser efectiva y no simbólica.
Este rechazo formal al reconocimiento de Palestina podría tener implicaciones significativas para las relaciones internacionales y el futuro de la diplomacia en la región. Mientras tanto, la situación en Gaza sigue deteriorándose, lo que hace que estas declaraciones sean aún más relevantes en el contexto de la crisis humanitaria.
La comunidad internacional observa con atención las repercusiones de esta decisión y los próximos pasos que tomará la administración estadounidense en su estrategia para abordar el conflicto israelí-palestino. En este escenario, el impacto sobre los civiles en Gaza y la posibilidad de una escalada de la violencia son preocupaciones que se mantienen en el centro de la discusión.