El 14 de agosto de 2023, un incendio forestal desatado en Oímbra amenazó con arrasar la localidad de Cualedro, convirtiéndose en uno de los más devastadores de la historia reciente de Galicia. En medio del caos, dos vecinos, Elena y su hermano César, se encontraron rodeados por el humo y las llamas mientras intentaban proteger la granja familiar.
La situación se tornó crítica cuando José Manuel, el esposo de Elena, intentó llegar hasta ellos en un tractor, pero el denso humo le obligó a detenerse a tan solo 150 metros, incapaz de continuar. Fue entonces cuando decidió dar la voz de alarma para solicitar ayuda, lo que desencadenó una urgente operación de rescate.
Una carrera contra el tiempo
La respuesta fue rápida, con la intervención de un policía nacional fuera de servicio, dos agentes de la Policía Autonómica de Galicia y una patrulla de la Guardia Civil, todos ellos ya presentes en la zona colaborando en labores de prevención y evacuación. El agente nacional, amigo personal de la familia y natural del pueblo, se unió a las tareas de emergencia al ver que la situación se escapaba de control.
La desesperación crecía mientras los primeros intentos de acceso resultaban infructuosos debido a las intensas llamas y la escasa visibilidad. Los rescatadores se vieron obligados a refugiarse en sus vehículos para recuperar el aliento y planificar una nueva estrategia. En ese momento, la hermana de Elena localizó al grupo de rescate y suplicó que volvieran una vez más, sabiendo que su hermana seguía atrapada.
El policía logró establecer contacto telefónico con César, quien le imploró: “La granja está ardiendo y no podemos respirar. Si no venís ya, morimos aquí”. A partir de ahí, se tomó una decisión arriesgada: accedieron a la granja marcha atrás por un camino apenas visible, guiados por el agente gracias a su conocimiento del terreno.
Un desenlace esperanzador
A pocos metros de la entrada, encontraron a los atrapados completamente desorientados, luchando por respirar entre el humo y las cenizas, con las llamas acercándose peligrosamente. El agente nacional se lanzó al maletero del coche para hacer espacio a los rescatados, sufriendo una lesión en el codo durante la maniobra. Con el apoyo de la Guardia Civil y la Policía Autonómica, lograron evacuar a los vecinos hasta el hospital de Verín, donde fueron atendidos por inhalación de humo y ataques de ansiedad.
El propio policía fue asistido por un traumatismo en el brazo, lo que le ha dejado de baja médica. “El momento fue indescriptible. Solo pensaba que no salíamos de allí. El fuego estaba en todas partes, todo ardía. Pero gracias a ellos, estamos vivos”, relata Elena con la voz quebrada.
A pesar de que las 130 vacas de la explotación lograron sobrevivir, la granja quedó devastada, con la mayoría de los pastos y parte de su estructura consumidos por las llamas. “Ahora me pregunto cómo volver a la rutina, cómo volver a la normalidad, si todo lo que teníamos ha desaparecido”, confiesa Elena.
En un gesto de apoyo, hoy, la familia de Elena fue recibida por los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, quienes mostraron su cercanía y empatía hacia su situación. “Fue una visita muy humana. Fueron muy cariñosos, muy cercanos. Les agradezco que nos escucharan y se interesaran por lo que vivimos”, concluye Elena.