Desarrollo urgente: Alrededor de 70 migrantes han sido confirmados muertos tras el rescate de un cayuco a 429 kilómetros de Canarias el pasado 24 de agosto, revelan fuentes judiciales. Los sobrevivientes, que llegaron al puerto de Arguineguín, aseguran haber estado a la deriva durante once días después de que el motor del cayuco fallara, lo que llevó a la muerte de varios compañeros por hambre y sed.
La situación se torna más grave, ya que la Policía investiga no solo las muertes por deshidratación, sino también posibles homicidios. Testimonios indican que en la travesía ocurrieron asesinatos intencionados, aunque el número exacto de víctimas aún no se ha determinado. Las autoridades están considerando las acciones de los supuestos patrones del cayuco como potenciales casos de homicidio imprudente.
El rescate fue llevado a cabo por Salvamento Marítimo, que envió un barco desde Gran Canaria tras la negativa de Marruecos a ayudar, alegando falta de recursos. De los aproximadamente 320 ocupantes que se estima estaban en el cayuco, solo 251 lograron sobrevivir y llegar a tierra, lo que plantea serias preguntas sobre las condiciones de la travesía y la responsabilidad de las autoridades involucradas en el rescate.
Los testimonios de los sobrevivientes son desgarradores: algunos afirmaron que varios compañeros se arrojaron al mar, afectados por delirios de deshidratación. La situación crítica de los migrantes destaca una vez más los peligros a los que se enfrentan en su intento de llegar a Europa.
Próximos pasos: Se espera que la investigación avance rápidamente, con la Policía recopilando más testimonios y pruebas para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades. Este trágico suceso pone de relieve la urgente necesidad de abordar las causas profundas de la migración y los riesgos que enfrentan quienes buscan una vida mejor.