Desarrollos recientes: En una operación nocturna, un recolector de Luanco, José Artime, ha recolectado **30 toneladas** de ocle en la playa de San Lorenzo en Gijón durante la bajamar del miércoles. Este trabajo, que se llevó a cabo entre las **11 de la noche y la 1 de la mañana**, fue realizado con el apoyo de un tractor de Emulsa que había despejado previamente el arenal.
Artime, quien se dedica a esta actividad desde los **años ochenta**, comentó que la recolección fue impulsada por la gran cantidad de algas que las olas dejaron en la playa. «Pillamos unas **25,000 a 30,000 kilos**, dos camiones enteros», explicó, refiriéndose a la cantidad sorprendente de ocle recogida. Este alga es valiosa para las industrias farmacéuticas y cosméticas, donde se transforma para extraer el ‘agar’.
El recolector destacó que hay dos tipos de ocle: el que se obtiene de forma submarina de julio a septiembre, que se paga aproximadamente a **3 euros**, y el que se recoge en las playas, que se paga entre **1 y 1,20 euros** por kilo en seco. Sin embargo, Artime aclaró que al recogerlo mojado, puede perder entre el **12 y el 15%** de su peso al secarse.
Este tipo de recolección está regulada, mientras que la que llega a las playas es libre. Artime ha reunido más de **200,000 kilos** de ocle en toda Asturias, especialmente en las áreas de Gozón y Gijón, y anticipa que al final del año alcanzará el millón de kilos. «Hay que estar ahí cuando hay ocle y ser rápido; sabemos por dónde sale por las costumbres de la mar», agregó.
Esta actividad no solo representa una fuente de ingresos para recolectores como Artime, sino que también subraya la importancia de los recursos marinos en la economía local. La recolección nocturna de ocle en la playa de San Lorenzo demuestra cómo el mar puede ser un proveedor generoso, siempre que se actúe con rapidez y conocimiento.
Mientras tanto, la comunidad local sigue atenta a las condiciones del mar, esperando más oportunidades para aprovechar los recursos que ofrece. Con cada recolección, se reafirma la conexión entre la naturaleza y la economía, un vínculo que los recolectores como Artime han cultivado durante décadas.