Desarrollos recientes en el mundo cultural español han desatado una controvérsias significativa entre figuras clave como Arturo Pérez-Reverte y Luis García Montero. Esta disputa no solo afecta a la Real Academia Española (RAE) y al Instituto Cervantes, sino que también refleja las tensiones ideológicas que marcan la cultura del país.
Todo comenzó cuando García Montero criticó que la dirección de la RAE estuviera a cargo de un jurista, Santiago Muñoz Machado, en lugar de un filólogo, sugiriendo que la institución estaba perdiendo su rumbo académico. Pérez-Reverte, conocido por su defensa apasionada del idioma español, salió en defensa de Muñoz Machado y acusó a García Montero de politizar el Instituto Cervantes y de actuar como portavoz del “progresismo oficial”.
La disputa ha evidenciado una fractura entre dos visiones del mundo cultural: una más institucional y tradicionalista, representada por la RAE, y otra más ideológica y militante, bajo el mando de García Montero en el Cervantes. Pérez-Reverte sostiene que el Ministerio de Exteriores intenta “colonizar” la RAE a través del Instituto Cervantes, lo que pone en riesgo su independencia y prestigio internacional.
Según Pérez-Reverte, la incompetencia del Gobierno ha llevado a España a perder influencia en Hispanoamérica, y la RAE es uno de los pocos vínculos diplomáticos que aún se mantienen gracias al prestigio del idioma. La controversia también refleja las tensiones internas en España, que poco tienen que ver con las realidades lingüísticas de América Latina, donde el español coexiste con lenguas indígenas.
En medio de esta disputa, Pérez-Reverte ha criticado duramente el “progresismo oficial” y ha denunciado la imposición del lenguaje inclusivo, que considera una amenaza a la claridad del idioma. Su postura ha generado tanto admiración como rechazo, polarizando la opinión pública.
Recientemente, en mayo de 2025, Pérez-Reverte publicó un artículo en XL Semanal donde arremetió contra el auge de libros escritos por influencers, desatando un aluvión de respuestas de editoriales que lo acusaron de hipocresía. A pesar de la controversia, su artículo se convirtió en uno de los más comentados del año en el ámbito cultural, consolidando su figura como uno de los autores más influyentes y discutidos en el mundo hispano.
Lo que está en juego en esta disputa es más que una simple controversia literaria; es el futuro de la lengua española y su representación en el mundo cultural actual. ¿Cómo continuará esta batalla entre dos de las voces más prominentes de la cultura española? Estaremos atentos a los próximos movimientos en esta saga que sigue en desarrollo.