Desarrollo de última hora: César Milani, ex jefe del Ejército durante el kirchnerismo, ha expresado su apoyo al nombramiento del Teniente General Carlos Presti como nuevo Ministro de Defensa, reemplazando a Luis Petri. Esta decisión se enmarca en un contexto político tenso, tras la reciente reestructuración del gabinete del presidente Javier Milei, quien anunció cambios clave en su administración.
Milani, un personaje controvertido, fue jefe del Ejército entre 2013 y 2015 y ha enfrentado acusaciones por crímenes de lesa humanidad. A pesar de haber sido procesado, fue absuelto por el poder judicial en 2020. En declaraciones recientes, Milani afirmó que la posibilidad de que un militar ocupe el cargo de Ministro de Defensa no debería ser descartada, sugiriendo que la idoneidad puede ser probada tanto por civiles como por militares.
El nombramiento de Presti, hijo del coronel Roque Carlos Presti, quien tuvo un papel destacado durante la dictadura, ha generado una oleada de críticas. Las Fuerzas Armadas han buscado, desde el retorno a la democracia en 1983, una reconciliación con la sociedad, pero muchos ven esta designación como un retroceso en la lucha contra la impunidad relacionada con el pasado oscuro del país.
Milani comentó: «Eliminar la posibilidad de que un militar sea ministro de Defensa per se no es bueno», aunque admitió que hubiera preferido que Presti no fuera hijo de un genocida. Sin embargo, no considera que su parentesco lo descalifique para el cargo, siempre que posea las capacidades necesarias.
La llegada de Presti a Defensa podría marcar un cambio significativo en la relación entre el gobierno y el ejército, dejando entrever un intento de legitimación de las Fuerzas Armadas en la esfera pública. Esta designación ha despertado el temor entre organizaciones de derechos humanos y sectores de la sociedad que ven en ella un potencial resurgimiento de la militarización en el ámbito político.
Los críticos advierten que este movimiento podría profundizar la impunidad para aquellos con un pasado violento. La historia de Milani, marcada por su relación con el escándalo de numerosos desaparecidos, añade un peso significativo a su apoyo a Presti. Los testimonios de sobrevivientes y familiares de las víctimas de la dictadura siguen presentes, y muchos esperan que la justicia prevalezca.
La situación es crítica y se desarrollará en las próximas semanas, cuando Presti asuma oficialmente su cargo. Este nombramiento podría reavivar el debate sobre el papel de los militares en la política argentina, un tema que sigue dividiendo a la sociedad.
