La disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocida como Segunda Marquetalia, ha confirmado la muerte de su líder, José Sierra Sabogal, alias ‘Zarco Aldinever’, en una emboscada explosiva atribuida al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este ataque ocurrió cuando Aldinever se dirigía a una reunión pactada con miembros del ELN, dejando un saldo de al menos tres víctimas adicionales.
La organización insurgente ha denunciado que fue víctima de «una emboscada con explosivos» y ha emitido un comunicado en redes sociales donde expresa su consternación. «Fueron traicionados por una organización que considerábamos hermana en la lucha», señala el comunicado, enfatizando la gravedad del ataque. Además, acusan al ELN de actuar «con alevosía» y premeditación, sugiriendo que agencias de inteligencia británicas y estadounidenses colaboraron con la Policía Nacional de Colombia para llevar a cabo este asesinato.
Recientemente, el Gobierno de Colombia retiró a Aldinever su estatus de negociador de paz tras informes de inteligencia que lo vinculaban con el atentado del 7 de junio pasado contra el senador Miguel Uribe, lo que ha intensificado las tensiones entre las facciones insurgentes. Esta muerte representa un golpe significativo para la Segunda Marquetalia, que había buscado establecer una nueva estrategia de paz y justicia social en el país.
Las repercusiones de este ataque podrían desestabilizar aún más la frágil situación de seguridad en Colombia, un país que ha estado lidiando con el legado del conflicto armado durante décadas. Las próximas horas serán cruciales para observar cómo reaccionan las diferentes facciones y el Gobierno ante este incidente violento.
Los analistas políticos advierten que este evento podría complicar aún más las ya tensas negociaciones de paz, generando un clima de incertidumbre y potencial violencia en las regiones afectadas. La comunidad internacional se mantiene atenta a los desarrollos de esta situación crítica.
