Desarrollos urgentes: Este sábado, más de 200,000 personas han salido a las calles de España en una de las movilizaciones más grandes en apoyo a Palestina, exigiendo el fin de las relaciones diplomáticas, políticas y económicas con Israel. Las protestas se han llevado a cabo en más de 70 ciudades, incluyendo Madrid, Barcelona, y Sevilla, donde los manifestantes han denunciado lo que consideran un «genocidio».
La marcha principal en Madrid comenzó en Atocha, con miles de familias y jóvenes que gritaban consignas como “Que dejen de masacrar, permitan entrar el alimento y se reconozca al Estado palestino”. Este clamor ciudadano subraya una creciente presión política, donde líderes como Lara Hernández de Movimiento Sumar han instado a los partidos a apoyar un decreto de embargo de armas a Israel, advirtiendo que no hacerlo sería «ponerse del lado de los genocidas».
En Barcelona, las estimaciones de participación varían entre 70,000 y 300,000 personas, mostrando un carácter multigeneracional. A pesar de que la mayoría de la protesta fue pacífica, se reportaron actos vandálicos contra comercios considerados «colaboradores» del Gobierno israelí, resultando en ocho detenidos y varios agentes heridos.
Las manifestaciones en otras ciudades como Pamplona y Sevilla se caracterizaron por un ambiente diverso, con pancartas que decían: “¿Cuántos niños tienen que morir para que abráis los ojos?” y “Palestina no se vende”. Esta movilización refleja un rechazo transversal a la violencia en Gaza, con un mensaje claro: una parte significativa de la sociedad española no permanecerá indiferente ante esta tragedia.
Las movilizaciones en España se enmarcan dentro de un contexto europeo, donde ciudades como Londres, Roma, París, y Lisboa también han visto protestas masivas, indicando un movimiento creciente en apoyo al pueblo palestino.
La crisis en Gaza ha dejado un saldo devastador, con decenas de miles de víctimas palestinas desde el inicio de la ofensiva israelí, mientras la infraestructura civil y sanitaria sigue siendo objeto de bombardeos constantes.
Mientras se intensifican las demandas de acciones concretas, la sociedad civil europea se manifiesta, exigiendo la rendición de cuentas y el fin de la impunidad de Israel. Las calles de España resuenan con un mensaje claro: se necesita una respuesta diplomática y económica contundente para detener la violencia.
La jornada ha sido un llamado a la acción, y el eco de estas protestas está lejos de apagarse, con un compromiso colectivo de exigir justicia y paz para el pueblo palestino.