El ministro del Interior, Fernando Marlaska, ha lanzado una contundente declaración tras los disturbios recientes en Torre Pacheco, afirmando que «España no necesita falsos salvapatrias», sino un trabajo responsable de las fuerzas de seguridad para combatir el delito. Esta declaración se produjo al inicio de una reunión extraordinaria de la Comisión de Seguimiento del Plan de Acción de Lucha contra los Delitos de Odio, en respuesta a la agresión sufrida por un vecino de 68 años el pasado 9 de enero.
Marlaska calificó la agresión como «intolerable» y «inadmisible», subrayando que recibió la condena unánime de la sociedad y la rápida respuesta de la Guardia Civil, que detuvo a tres implicados, incluyendo al principal sospechoso, arrestado mientras intentaba huir del país. «La Guardia Civil actuó con la profesionalidad y diligencia que les caracteriza», enfatizó el ministro.
El ministro también abordó el alarmante aumento de discursos de odio en las redes sociales, que han proliferado en los últimos años, a menudo alentados por «políticos irresponsables». Marlaska advirtió que estas actitudes, que fomentan el miedo y la división, son «inadmisibles» y deben ser confrontadas con firmeza. «No podemos dejar que el odio se abra paso en nuestra sociedad», clamó.
Además, destacó que a pesar de los temores infundados sobre la inmigración y la criminalidad, las estadísticas muestran que el número de personas extranjeras residentes en España ha aumentado casi un 54 por ciento entre 2011 y 2024, mientras que la criminalidad ha disminuido en siete puntos. El ministro anunció que este viernes se publicará el informe de delitos de odio correspondiente a 2024, el cual revelará que tales infracciones han descendido en un 13 por ciento.
Sin embargo, Marlaska advirtió que los delitos de odio relacionados con el racismo y la xenofobia siguen siendo prevalentes, y por primera vez, el informe incluirá estadísticas sobre islamofobia, conforme a las recomendaciones de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE. «Es una buena noticia, aunque aún queda mucho por hacer», concluyó el ministro.
El contexto de estas declaraciones refleja una creciente preocupación por el clima social en España, donde los discursos de odio han escalado a niveles alarmantes. La urgencia de abordar estos problemas no solo es un llamado a la acción, sino una necesidad imperiosa para preservar la cohesión social y la seguridad de todos los ciudadanos.
