Marijaia, la emblemática figura de las fiestas de Bilbao, ha dicho adiós de manera espectacular tras nueve días de intensas celebraciones en esta edición de Aste Nagusia. La despedida, que se llevó a cabo hoy, se realizó en medio de un mar de emociones, dejando una huella imborrable en los corazones de los asistentes.
A pesar de los contratiempos que marcaron la festividad, el balance es positivo: más de 1,5 millones de personas disfrutaron de más de 500 actividades organizadas para todos los públicos. Este evento ha logrado reunir a familias, amigos y turistas en un ambiente festivo único, reafirmando la importancia de Aste Nagusia en la cultura local.
La despedida de Marijaia fue acompañada por un impresionante espectáculo pirotécnico, surcando las aguas de la ría de Bilbao, entre el puente de La Merced y el Teatro Arriaga. Una veintena de remeros del Club de Remo de Deusto remolcó a la reina de las fiestas, creando un momento emocionante que quedará grabado en la memoria colectiva.
El evento contó con la presencia del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y la concejala de Fiestas, Itziar Urtasun, quienes no quisieron perderse esta emotiva despedida. También se ofreció un aurresku de honor al Pregonero y a la Txupinera, que en esta ocasión fueron el músico Francis Díez Rojo y Olatz Agirre Sagarna, konpartsera de Txori Barrote.
Con la marcha de Marijaia, los bilbainos inician la cuenta atrás para el próximo año, marcando el cierre de una edición que ha dejado un legado de alegría y unión. Aste Nagusia se ha consolidado una vez más como la cita más esperada, y la ciudad ya siente su ausencia. Este evento no solo celebra la cultura local, sino que también fortalece los lazos entre los vecinos, convirtiéndose en un símbolo de identidad para Bilbao.
La expectativa ya comienza a crecer para el próximo año, prometiendo aún más sorpresas y celebraciones que mantendrán viva la tradición de Marijaia en el corazón de la ciudad.
