El 15 de noviembre, la Marcha Nacional de la Marihuana se apoderará de las calles de Argentina, movilizando a miles en una manifestación que exige la despenalización del cannabis. Desde su inicio en 2010, esta marcha se ha convertido en una plataforma crucial para cultivadores, usuarios medicinales y activistas que luchan contra la criminalización impuesta por la Ley 23.737.
A pesar de algunos avances legislativos, los ciudadanos siguen siendo perseguidos por cultivar cannabis, incluso para uso personal o medicinal. Las autoridades continúan hostigando a quienes portan plantas o productos derivados, lo que genera un clima de miedo y represión. Las historias de abuso y violencia institucional son cada vez más comunes en los barrios, donde las comunidades enfrentan la realidad de un sistema que prioriza la represión sobre la protección de derechos.
Recientemente, se celebró la sexta edición de Expo Cannabis en Costa Salguero, un evento que, aunque cuenta con stands y talleres, es criticado por su exclusividad y altos costos. Activistas como Ana Flor Scliani Horrac y Polita Pepers están luchando por crear espacios seguros para mujeres en la comunidad cannábica, destacando la necesidad de más inclusión y visibilidad.
Este año, la marcha se centrará en cuatro consignas clave: el fin de la criminalización por el uso de cannabis, el reconocimiento de la violencia de género en la comunidad, la derogación de la Ley 23.737 y la necesidad de una regulación que respete la autonomía de los cultivadores. Estas demandas subrayan la urgencia de políticas públicas que prioricen la salud y el bienestar comunitario.
Los organizadores enfatizan que cada planta cultivada es un acto de resistencia y comunidad. La Marcha Nacional de la Marihuana no solo es un llamado a la acción para despenalizar, sino también un espacio de encuentro y solidaridad para quienes comparten el compromiso de transformar la realidad del cannabis en Argentina.
Con la marcha a la vuelta de la esquina, la comunidad cannábica se prepara para mostrar su fuerza y unidad, recordando que la lucha por la despenalización es una cuestión de derechos humanos y justicia social. ¡Nos vemos en la calle el 15 de noviembre, unidos por un futuro más justo!
