Castilla y León se encuentra en crisis debido a una ola de incendios devastadores que ha obligado a desalojar a miles de personas y ha dejado a cuatro heridos críticos tras la trágica muerte de un voluntario. Los bomberos luchan incansablemente contra las llamas, especialmente en León y Zamora, donde se reportan hasta cinco incendios de nivel 2 de gravedad.
En un anuncio urgente, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, reveló un plan de acción «inmediato» para mitigar los daños causados por estos incendios. Este plan, que será aprobado en el Consejo de Gobierno el 21 de agosto, promete no escatimar en gastos y busca ofrecer asistencia rápida y generosa a todos los afectados.
Mañueco destacó que el plan incluirá medidas para la recuperación de viviendas y propiedades dañadas, así como un enfoque especial para Las Médulas, un área de gran importancia cultural y natural. «Nuestro objetivo es que todos los afectados reciban ayuda cuanto antes», afirmó durante una rueda de prensa. Aunque no se han detallado cifras específicas del presupuesto, se espera que las medidas sean consensuadas con los alcaldes de los municipios afectados.
Además de las ayudas económicas, el plan contempla la reconstrucción de infraestructuras públicas y garantiza a agricultores y ganaderos el acceso a ayudas directas de la PAC. Se implementarán también ayudas de emergencia para empresas afectadas por las pérdidas económicas derivadas de los incendios.
El presidente anunció un enfoque a largo plazo, indicando que, tras la actual temporada de incendios, se llevará a cabo una reflexión sobre la posible ampliación del operativo para mejorar la respuesta ante situaciones similares en el futuro. En este momento, cerca de 1,500 personas están trabajando en distintas turnos, incluyendo profesionales de la Junta y la UME, aunque Mañueco reconoció que las «situaciones meteorológicas adversas extremas» han dificultado la extinción de las llamas.
La Junta de Castilla y León ha duplicado el presupuesto destinado a la extinción de incendios, alcanzando 130 millones para 2025, y triplicado el presupuesto de prevención, que asciende a 74 millones, marcando así la «inversión más alta de la historia». A pesar de estos esfuerzos, Mañueco enfatizó que no se ha planteado la necesidad de activar un nivel 3 de emergencia, lo que implicaría un control centralizado por parte del Ministerio del Interior.
Las autoridades continúan trabajando sin descanso mientras la comunidad se une para enfrentar esta crisis. La situación sigue desarrollándose y se esperan más actualizaciones a medida que los equipos de emergencia luchan contra los incendios y se implementan las medidas de apoyo.