Desaparecidos pero inolvidables, varios productos canarios que marcaron la infancia de generaciones han dejado un vacío en el paladar de muchos. Recientemente, nostálgicos de los 80 y 90 han empezado a compartir recuerdos sobre estos sabores y su impacto en la cultura canaria, impulsando un debate sobre su posible regreso al mercado.
Batidos Millac y yogures Celgán son solo algunos ejemplos de productos que, tras la desaparición de la empresa José Sánchez Peñate S.A, dejaron de estar disponibles. En su apogeo, Millac producía hasta 100 millones de envases al año, siendo un favorito en el mercado local e incluso exportando a África y la Península. La icónica imagen de sus envases, con los niños junto a un vaso de leche, es un símbolo de la infancia canaria.
Otro producto que ha suscitado nostalgia es el Petit-suisse de limón, un lácteo que, aunque algunos aseguran que nunca existió, formó parte de la oferta de Danone en Tenerife. Este producto era conocido por su distintivo envase blanco y su repentina desaparición del mercado ha dejado a muchos preguntándose sobre su paradero.
El Perricao, un snack que competía directamente con el Bollycao, también ha sido recordado por su chocolate abundante y su precio más accesible. Lanzado por Los Compadres, este producto se convirtió en la merienda favorita de muchos niños antes de ser retirado.
Sin embargo, no todo fue dulce. Los Baconcitos, que ofrecían un sabor intenso a bacon, también desaparecieron de los estantes, dejando un vacío en la categoría de snacks. Producidos por Frito-Lay, estos eran un clásico en las meriendas canarias, y su textura crujiente aún es recordada por muchos.
La nostalgia también se extiende a los helados, como el Kontiki Beach, que evocaba los días de verano. Este helado, aunque breve en su disponibilidad, sigue siendo parte de las conversaciones sobre la infancia, especialmente por su precio accesible de 45 pesetas.
La desaparición de estos productos no solo afecta el mercado, sino que también provoca una ola de recuerdos y emociones en quienes crecieron disfrutándolos. Con la esperanza de que algún día puedan regresar, muchos canarios continúan buscando formas de revivir esos sabores de su infancia, recordando que, aunque el tiempo avanza, los recuerdos permanecen.
La conversación sobre la posible reintroducción de estos productos está en auge, y muchos esperan que las marcas escuchen el clamor de los consumidores nostálgicos. ¿Veremos un regreso de los sabores que marcaron nuestra infancia? Estaremos atentos a las decisiones de las empresas alimentarias en el archipiélago.