Las Cortes de Castilla y León han decidido reprobar al consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, por su controvertida gestión de los incendios forestales, exigiendo al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que revoque su nombramiento con carácter urgente.
La proposición no de ley presentada por el Grupo Socialista obtuvo 36 votos a favor provenientes del PSOE, UPL-Soria y el Grupo Mixto, en contraste con los 33 votos en contra del PP y los dos procuradores no adscritos, mientras que Vox optó por la abstención.
La viceportavoz socialista, Nuria Rubio, defendió la reprobación al señalar que no hay razones para que Suárez-Quiñones continúe en su puesto, afirmando que su actuación durante la crisis fue «inaceptable». «No merece estar ni un minuto más en su cargo», sentenció Rubio, quien también criticó la respuesta tardía del consejero.
Por su parte, el portavoz del PP, Ricardo Gavilanes, expresó el apoyo de su grupo a Suárez-Quiñones, acusando a la oposición de aprovechar la tragedia para llevar a cabo una «cacería política». «Esta reprobación es injusta y oportunista», añadió.
El procurador de Vox, Ignacio Sicilia, minimizó la efectividad de la reprobación, argumentando que no servirá para nada y reiterando la necesidad de acciones judiciales en lugar de políticas. «El resto es un paripé», enfatizó.
Desde UPL, Luis Mariano Santos consideró que la reprobación es simbólica y criticó a Suárez-Quiñones por no dimitir por dignidad propia. «No debería estar sentado ahí», afirmó, sugiriendo que el presidente de la Junta lo utiliza como «una toalla en una vía de agua».
El clima político está tenso, y la reprobación ha desatado un debate acalorado entre los partidos sobre la gestión de los incendios, que han devastado áreas en León. La ciudadanía observa con inquietud cómo los responsables intentan justificar sus decisiones en medio de la crisis.
A medida que avanzan los días, la presión sobre el consejero y el gobierno regional aumenta, y las próximas acciones políticas se anticipan con gran expectación. ¿Qué pasará con la posición de Suárez-Quiñones y cómo responderá el gobierno ante la creciente presión pública?