La situación del olivar en la provincia de Córdoba es alarmante debido al retraso de las lluvias, que ya acumulan más de medio mes de demora respecto a la campaña anterior. Según la organización agraria Asaja Córdoba, las precipitaciones en el año anterior comenzaron alrededor del 10 de octubre, aunque se consideraron tardías en ese momento. Actualmente, la falta de agua está causando daños irreversibles, especialmente en los olivares de secano, donde muchas aceitunas ya no podrán recuperarse.
La organización advierte que los rendimientos de esta campaña no alcanzarán los niveles de producción habituales, ya que la escasez de lluvias en septiembre y octubre provocará una notable disminución en la cosecha. Hasta hace apenas dos días, las temperaturas se mantenían anormalmente altas, incluso durante la noche, lo que ha dificultado que el olivo complete su ciclo fisiológico normal. En esta fase, conocida como lipogénesis, el árbol genera el aceite, pero la falta de agua impide que las aceitunas acumulen grasa de manera adecuada.
Impacto de la sequía en la producción de aceitunas
En muchas zonas de secano, el estrés hídrico ha provocado que las aceitunas aparezcan arrugadas y ennegrecidas. Asaja destaca que el riego se vuelve fundamental para salvar parte de la cosecha, aunque muchos agricultores deben afrontar el alto coste energético derivado de la electricidad. Es importante señalar que, incluso en las fincas que reciben riego, la producción será menor, ya que el riego no puede sustituir completamente al agua de lluvia.
Asaja Córdoba recuerda que en la provincia predominan los olivares de secano, por lo que si la sequía persiste, la estimación de cosecha hecha a principios de octubre, que asciende a 269 100 toneladas, probablemente superará la producción real. Esta tendencia se espera que se repita tanto a nivel andaluz como nacional, donde la previsión inicial de 1 300 000 toneladas podría no alcanzarse.
Problemas adicionales que agravan la situación
Este año, la situación se ha visto agravada por problemas de plagas, destacando los daños ocasionados por el Prays oleae, que ha llevado a una caída prematura del fruto coincidiendo con la festividad de San Miguel. Asaja señala que la falta de materias activas eficaces para combatir estas plagas se hará notar cada vez más en las producciones, aumentando la vulnerabilidad del olivar.
La combinación de la falta de agua, las altas temperaturas y las plagas está configurando una de las campañas más difíciles de los últimos años para el olivar cordobés. Desde Asaja Córdoba, se hace un llamado urgente a la gestión eficiente del agua y a la implementación de medidas que ayuden a los agricultores a soportar esta crítica situación.
