La reforma laboral propuesta por el gobierno de Javier Milei ha sido postergada hasta el 10 de febrero de 2024 debido a la necesidad de alcanzar mayores consensos en el Senado. Este anuncio se produjo tras una jornada marcada por una multitudinaria movilización de la CGT en Plaza de Mayo y por tensiones políticas que llegaron al borde del quiebre. La jefa del bloque de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, hizo el anuncio durante un plenario de comisiones, donde se debatía el controvertido proyecto.
Bullrich aclaró que el cambio en el calendario responde a la voluntad de evitar conflictos en la Cámara alta, en un contexto político complejo. La senadora también indicó que el dictamen todavía está abierto a modificaciones durante este último tramo de discusión en comisión, lo que refleja una estrategia de flexibilidad destinada a prevenir un enfrentamiento frontal.
Intensas negociaciones y búsqueda de consensos
La postergación de la reforma laboral no fue una decisión casual, sino el resultado de intensas negociaciones, que incluyeron una reunión clave en la Casa Rosada entre Milei, Bullrich y el ministro del Interior, Diego Santilli. Tras este encuentro, se logró descomprimir la tensión en el Senado y se alcanzó un dictamen provisorio con modificaciones que se retomarían en febrero.
Fuentes parlamentarias señalaron que el acuerdo logrado tras una cumbre en el bloque de la Unión Cívica Radical consistió en que el dictamen provisorio del proyecto de Modernización Laboral se firmara de forma inmediata, sujeto a cambios que se trabajarían durante el receso de enero. A cambio, el Ejecutivo se comprometió a retrasar el debate en el recinto hasta la fecha indicada, que coincide con un segundo llamado del Presidente a sesiones extraordinarias.
Con este cambio de planes, la agenda para el cierre del año legislativo se verá significativamente reducida. Según confirmo Bullrich, la sesión extraordinaria del próximo viernes 26 de diciembre se centrará exclusivamente en dos proyectos: el Presupuesto 2026 y la Ley de Inocencia Fiscal, que ya han obtenido media sanción en la Cámara de Diputados.
Desafíos para la reforma laboral
Para asegurar la aprobación del dictamen de mayoría cuando la reforma laboral llegue al recinto en febrero, Bullrich mantendrá intensas negociaciones con varios bloques clave durante este mes y medio de postergación. Esta lista incluye a la UCR, el PRO y los bloques provinciales de Misiones, Salta, Tucumán, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Cambio Federal. La complejidad del mapa político en la Cámara alta obliga al oficialismo a construir mayorías caso por caso.
Este período adicional otorga a los legisladores un tiempo valioso para afinar los detalles del proyecto durante enero, buscando mantener la unidad tanto en la coalición oficialista como entre la oposición dialoguista. Las largas horas de negociación que precedieron al acuerdo estuvieron al borde del desastre, lo que explica la cautela con la que ahora se manejan los tiempos legislativos.
Mientras tanto, la sesión informativa del plenario evidenció posturas profundamente contrapuestas sobre el impacto de la reforma. Gerentes de diversas plataformas digitales manifestaron su apoyo al proyecto, argumentando que modernizaría las relaciones laborales, adaptando la legislación a las nuevas realidades del mercado de trabajo. Sin embargo, la iniciativa también recibió críticas de representantes de trabajadores de mensajería en motocicletas y del sector cinematográfico, quienes advirtieron sobre los riesgos que representa para los derechos laborales consolidados.
El anuncio de la postergación coincidió con una masiva movilización de la CGT en Plaza de Mayo, lo que demuestra la capacidad de convocatoria del movimiento sindical organizado frente a una reforma que consideran perjudicial para los trabajadores. Esta coincidencia temporal refleja la presión que el sindicalismo ejerce sobre el proceso legislativo, tanto desde las calles como a través de sus representantes en el Congreso.
La marcha multitudinaria sirvió como un recordatorio tangible de la conflictividad social que podría generarse si la reforma avanza sin los consensos mínimos necesarios, un factor que sin duda influyó en la decisión de postergar su tratamiento y buscar mayores acuerdos durante las semanas de receso parlamentario.
