Desarrollo impactante: La prohibición de los vascos en Islandia ha reavivado el recuerdo de la trágica masacre de 1615, conocida como Spànverjavìn, donde marineros vascos fueron perseguidos y asesinados tras una serie de tensiones. Este evento, que marcó un antes y un después en las relaciones entre ambas comunidades, se sitúa en un contexto de escasez y conflicto entre los islandeses y los balleneros vascos.
En el invierno de 1615, las condiciones climáticas extremas y las malas cosechas llevaron a un colapso en las relaciones amistosas que habían existido hasta entonces. La situación se agravó tras la declaración del rey Cristian IV, quien ordenó la ejecución inmediata de cualquier vizcaíno que cometiera actos de piratería. Sin conocimiento de esta nueva norma, unos 12 barcos partieron de San Sebastián hacia Vestfirðir, pero solo 83 marineros quedaron en Islandia tras el viaje.
Al regresar a casa, una tormenta devastadora hizo naufragar tres galeones, dejando a los sobrevivientes divididos en varios grupos. Los vascos, hambrientos y desesperados, fueron vistos como una amenaza por los islandeses, lo que llevó a un grupo de granjeros de Dýrafjörður a atacar sus refugios. La violencia culminó en la masacre de los náufragos, con cuerpos arrojados al mar y un solo sobreviviente que relató la brutalidad del asalto.
Tres días después, un juez local, siguiendo las órdenes del rey, declaró a los balleneros vascos como proscritos, lo que les permitió ser asesinados sin consecuencias. El impacto de esta decisión fue devastador, con casi todos los náufragos asesinados, excepto aquellos que encontraron refugio en Vatneyri durante un año, hasta que lograron escapar en un barco inglés.
Esta historia resurge hoy como un recordatorio sombrío de las tensiones históricas entre culturas y la brutalidad del pasado. Historiadores y ciudadanos en Islandia expresan su indignación y tristeza ante el eco de estos eventos, planteando la necesidad de reflexionar sobre cómo la historia puede influir en las relaciones contemporáneas. La conversación sobre el Spànverjavìn y su legado se ha intensificado, exigiendo una revisión crítica de cómo se cuentan estas historias y su relevancia en el presente.
Mientras el debate se intensifica, los ciudadanos de Islandia y los descendientes de los vascos buscan reconciliación y entendimiento, con la esperanza de que el pasado no se repita.