La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha implementado hoy un dispositivo especial para vigilar la venta ambulante en el rastro dominical alrededor del Parque Blanco y Santa Catalina. Esta medida surge tras denuncias sobre el aumento descontrolado de la venta ambulante, que ha dejado otras zonas de la ciudad vulnerables por la falta de personal.
Desde el sindicato CSIF critican que, aunque el dispositivo parece «normal», ha resultado en la desprotección de otras áreas, ya que no hay suficientes unidades para atender otros servicios. Dos años atrás, existía un equipo especial de control que operaba con hasta ocho unidades adicionales durante los fines de semana, pero esto ha cambiado debido a la falta de recursos humanos.
Desde noviembre de 2024, el Ayuntamiento de Las Palmas no ha atendido las reivindicaciones del colectivo policial, lo que ha llevado a una decisión de no realizar servicios extraordinarios. La última incorporación de 45 agentes al cuerpo ha sido considerada insuficiente, especialmente ante el creciente número de jubilaciones y bajas.
Las autoridades han reconocido que la venta ambulante ha proliferado, extendiéndose incluso a las cercanías del mercadillo regulado. La situación se ha vuelto crítica, y los efectivos policiales se enfrentan a un desafío creciente para mantener el orden y la seguridad en la capital grancanaria.
El conflicto laboral entre el sindicato y el gobierno local continúa, y la falta de acción por parte del Ayuntamiento podría intensificar la situación en las próximas semanas. Los ciudadanos esperan soluciones inmediatas mientras la policía intenta gestionar un problema que parece estar fuera de control.
