La Policía Metropolitana de Londres ha detenido a cinco británicos en el marco de protestas masivas que se desarrollan en las últimas horas en Epping, donde se ubica el hotel Bell, que acoge a inmigrantes ilegales. La intervención policial se produce tras un fallo judicial que permite continuar la operación del centro de extranjeros en el hotel, lo que ha desencadenado una oleada de manifestaciones por parte de grupos patrióticos que consideran que sus derechos están siendo vulnerados en favor de los inmigrantes.
En total, se han contabilizado alrededor de 500 manifestantes que se congregaron frente a los hoteles, desafiando las advertencias de las autoridades. El comandante Adam Slonecki, encargado de la vigilancia policial, afirmó: “Nos hemos preparado con recursos adicionales para vigilar las protestas en los hoteles para inmigrantes durante las últimas semanas y este fin de semana no es una excepción”. Los agentes de policía implementaron medidas estrictas, incluso el despliegue de un helicóptero, para evitar que los manifestantes accedieran a los recintos hoteleros.
Las protestas han sido impulsadas por el descontento que ha surgido tras la detención de un inmigrante etíope por agresión sexual, lo que ha encendido aún más las tensiones entre los manifestantes y el gobierno. Algunos de los participantes han expresado que el actual enfoque del gobierno representa un «régimen dictatorial», enfatizando su frustración por sentir que se priorizan los derechos de los «violentos extranjeros» y los «falsos solicitantes de asilo» por encima de los de los ciudadanos británicos.
Este clima de tensión y las manifestaciones continuas indican que la situación podría escalar en los próximos días, mientras los grupos contrarios a la acogida de inmigrantes ilegales siguen organizándose. Las autoridades han prometido mantener una fuerte presencia policial para gestionar las protestas y garantizar la seguridad en la zona, pero la polarización del tema sugiere que los disturbios podrían continuar en el futuro cercano.
Las próximas jornadas serán cruciales para observar cómo se desarrollan estos eventos y si se tomarán medidas adicionales por parte del gobierno para abordar la creciente insatisfacción pública.
