Nuevos resultados indican que La Libertad Avanza (LLA) se impuso en las elecciones de Chubut con un contundente 28,3% de los votos, mientras que el peronismo, liderado por Ignacio Torres, quedó en un sorpresivo segundo lugar con 27,8%. Este resultado marca un duro golpe al oficialismo, que se desplomó al tercer puesto con apenas 20% de los votos.
La participación electoral fue la más baja desde 1983, llegando a un preocupante 70,27% en Chubut. A pesar de la crisis previa, LLA logró capitalizar la polarización actual y el respaldo financiero internacional, pero enfrenta un desafío significativo en la aplicación de las reformas exigidas por el FMI y otros actores económicos.
El resultado también resalta el fracaso del peronismo en su estrategia de moderación, ya que ni siquiera logró obtener una banca en el Congreso, un revés significativo para el partido en medio de un clima adverso. En contraste, el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FITU) se consolidó como la cuarta fuerza con un 5,13%, marcando una victoria simbólica en un contexto electoral polarizado.
Las elecciones de este domingo han dejado claro que la situación política en Chubut está en un punto de inflexión. Los números provisionales sugieren que la lucha política se trasladará a las calles, con el FITU preparado para fortalecer su papel en la resistencia contra las políticas del gobierno.
Las repercusiones de estos resultados son inminentes y se espera que haya una movilización significativa en respuesta a la crisis política. La victoria de LLA y la caída del peronismo podrían abrir un nuevo capítulo en la política provincial, con implicaciones que se sentirán en todo el país.
La atención se centrará ahora en cómo se organizarán las fuerzas políticas para enfrentar los desafíos inminentes y cómo responderán los ciudadanos a estos resultados impactantes. La construcción de un gran partido de la clase trabajadora parece más relevante que nunca, en un contexto donde las demandas sociales están a la orden del día.
