Desarrollos recientes sugieren que la inteligencia artificial (IA) podría aspirar a un Premio Nobel en el futuro, un concepto que ha cobrado fuerza tras la mención de la IA entre los galardonados de los Premios Nobel 2024. Este año, John Hopfield y Geoffrey Hinton fueron reconocidos en Física por sus contribuciones a la IA, mientras que Demis Hassabis, John Jumper y David Baker ganaron en Química por predecir la estructura de proteínas utilizando IA.
La pregunta que surge es: ¿podría una IA ganar su propio Nobel algún día? Expertos como el científico japonés Hiroaki Kitano, pionero en esta búsqueda, han lanzado el ‘Nobel Turing Challenge’ con el objetivo de desarrollar un sistema de IA que realice un descubrimiento digno del prestigioso galardón para el 2050. Según Kitano, algunas voces dentro de su equipo creen que esto podría ocurrir incluso antes.
El investigador de la Universidad de Cambridge, Ross King, afirma que es «casi seguro» que los sistemas de IA alcanzarán un nivel suficiente para competir por un Nobel, preguntándose si esto sucederá en 10 o 50 años. Sin embargo, otros especialistas advierten sobre los riesgos de otorgar un reconocimiento a una máquina. Ramón López de Mántaras, fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del CSIC, plantea inquietudes sobre la rendición de cuentas en caso de errores.
Mientras tanto, la IA ya está demostrando su capacidad para realizar experimentos de manera autónoma, generando hipótesis que aceleran los descubrimientos científicos, como en el caso del AI ‘co-scientist’ de Google. Sin embargo, muchos coinciden en que la IA, aunque avanzada, no puede igualar el juicio humano necesario para un avance significativo en la ciencia.
La presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial, Alicia Troncoso, destaca que para que la IA gane un Nobel se requerirá una nueva teoría y un gran impulso en la investigación fundamental, que actualmente es escasa. “La ciencia no avanza solo con datos, sino con juicio”, enfatiza López de Mántaras, quien considera que premiar a la IA sería un «gesto vacío».
A medida que la discusión sobre el futuro de la IA y su papel en la ciencia se intensifica, la comunidad científica se enfrenta a una pregunta crucial: ¿estaremos listos para reconocer que el conocimiento puede tener orígenes no humanos? La posibilidad de que una IA reciba un Nobel indica un cambio profundo en nuestra comprensión del avance científico y la naturaleza de la inteligencia misma.