Noreña, 2025: Este domingo, la devoción por el Ecce Homo se hizo palpable en una emotiva procesión que reunió a cientos de fieles en un Vía Crucis conmovedor, evidenciando la inquebrantable fe de la comunidad. La procesión comenzó en el templo parroquial y se dirigió hasta la capilla del Ecce Homo, donde los devotos acompañaron la imagen, custodiada por la cofradía, con una ferviente oración.
Entre los asistentes, destacaron varias decenas que realizaron el recorrido descalzos, incluyendo a Vilma Fernández, vecina de Blimea, quien lleva diez años honrando esta tradición. «La salud de mi madre no era buena y mi tía se encomendó al Ecce Homo… Yo, hasta que mi salud me lo permita, continuaré con lo que mi tía me inculcó», compartió Fernández emocionada.
El Ecce Homo realizó varias paradas durante su camino, recibiendo una salva de cohetes al llegar a la primera estación tras subir la cuesta de la iglesia. En el quiosco de la música, la imagen fue honrada con el himno nacional, un momento que resonó profundamente entre los asistentes.
Antes de acomodarlo en su hogar habitual, el ritual culminó con el vuelo de palomas, simbolizando lágrimas de agradecimiento y la esperanza que representa para muchos. Este evento no solo reafirma la fe, sino que también fortalece los lazos comunitarios en Noreña, un pilar esencial para los devotos.
La comunidad espera que este evento continúe creciendo en participación, reflejando la fuerte conexión que tienen con la tradición y la figura del Ecce Homo. A medida que la cofradía busca un relevo, la devoción de los fieles asegura que esta tradición perdurará en el tiempo.
