Desarrollo urgente: La crisis política en la Comunidad Valenciana se intensifica tras la dimisión de Carlos Mazón, lo que ha llevado al Gobierno a redirigir el debate público y desviar la atención de la creciente presión judicial que enfrenta La Moncloa.
La portavoz Pilar Alegría y varios ministros han salido a exigir elecciones anticipadas, argumentando que el futuro de la autonomía está “en manos de la ultraderecha”. Este giro de los acontecimientos ha provocado que el Gobierno vincule la estrategia del PP de Alberto Núñez Feijóo con la inestabilidad en la región, creando un clima de urgencia política.
En un intento por cambiar la narrativa, el Ejecutivo ha señalado que Mazón “no se ha ido”, y lo acusa de no asumir responsabilidades, mientras destaca su vinculación con Vox. Alegría afirmó que «su salida está repleta de sombras» y que cuenta con el respaldo cómplice de Feijóo.
La vicepresidenta Yolanda Díaz calificó la renuncia de Mazón como una “farsa”, instando a que no conserve su acta de diputado. Esto ha intensificado la presión sobre el PP, que se encuentra atrapado en su propia trampa al depender de Vox en un momento crítico.
Durante la sesión de control en el Senado, los ministros del Gobierno redirigieron las críticas hacia el PP, utilizando la crisis valenciana como un espejo para contrastar la corrupción y el caos en las filas populares con la estabilidad del bloque progresista.
Este nuevo enfoque del Gobierno busca revitalizar su imagen ante una legislatura desgastada y generar apoyo entre el electorado progresista, especialmente ante la posibilidad de elecciones anticipadas en marzo, aunque todo dependerá de los acuerdos entre el PP y Vox para nombrar a un nuevo presidente autonómico.
El Ejecutivo está utilizando la crisis de Mazón como una herramienta política para atacar a Feijóo y recuperar el discurso ético, mientras intenta diluir la presión de las investigaciones judiciales que amenazan con erosionar su imagen. La situación en Valencia se ha convertido en un nuevo frente de batalla donde el Gobierno espera redefinir su relato y fortalecer su posición nacional.
La Moncloa observa con interés cómo se desarrolla esta crisis, consciente de que una victoria en la Comunidad Valenciana podría proporcionar un impulso simbólico necesario para su agenda política, mientras que la oposición enfrenta un dilema de gestión que podría determinar su futuro.
