ACTUALIZACIÓN: La Comunidad Valenciana se encuentra en alerta máxima ante el nuevo temporal, conocido como Gabrielle, que ha reavivado el miedo colectivo entre los ciudadanos, especialmente en aquellos municipios que aún recuerdan la devastadora dana que cobró 229 vidas el 29 de octubre de 2024.
En esta ocasión, las autoridades han actuado con mayor rapidez y previsión, enviando alertas tempranas y suspendiendo clases y actividades económicas, en un esfuerzo por minimizar los riesgos. La Generalitat activó el sistema ES-Alert más de 12 horas antes de que el temporal impactara, lo que ha permitido a los residentes en zonas de riesgo evacuar a tiempo.
Sin embargo, la figura del presidente autonómico, Carlos Mazon, está nuevamente bajo fuego debido a su ausencia en reuniones clave de coordinación durante este periodo crítico. Mientras el Centro de Coordinación de Emergencias trabajaba para asegurar la seguridad de los ciudadanos, Mazon participó en un evento del PP en Murcia y no se presentó en el centro de emergencias a pesar de la alerta roja ya decretada.
La vicepresidenta Susana Camarero intentó justificar su ausencia, asegurando que Mazon estaba informado, pero las críticas no se han hecho esperar. La oposición ha señalado la falta de compromiso del presidente en un momento de máxima sensibilidad social, recordando su polémica actuación en el restaurante El Ventorro durante la dana del año pasado.
A pesar de que las consecuencias del temporal Gabrielle no han sido tan devastadoras como las de 2024, los vecinos de municipios como Aldaia, Paiporta y Alzira han revivido momentos de angustia, con calles anegadas y vehículos arrastrados. El alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, expresó que “entre los vecinos había mucho pánico” y que la tensión desde el 29 de octubre es palpable.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha reiterado que los servicios de emergencia estaban listos y preparados para actuar, aunque admitió que la intensidad de las lluvias podría causar nuevas inundaciones en zonas que aún no se han recuperado completamente de la tragedia anterior.
A medida que la Generalitat defiende su respuesta como una mejora en la gestión de emergencias, el foco sigue centrado en Mazon, cuya ausencia en reuniones críticas lo mantiene en el centro de la controversia. En un contexto donde la memoria de la tragedia sigue viva, la presión sobre su liderazgo político aumenta, y la eficacia de las instituciones se mide tanto por su desempeño como por la visibilidad del máximo responsable.
La situación continúa evolucionando, y se espera que las autoridades sigan informando sobre el desarrollo del temporal y las medidas adoptadas para garantizar la seguridad de los ciudadanos.