El precio del cereal continúa su caída en picado debido a una combinación de buenas cosechas a nivel mundial y una demanda reducida. Raúl del Brío, vocal de la Lonja de Salamanca, ha expresado su preocupación por la situación actual del mercado, afirmando que «poca demanda y mucho almacenado» son la realidad que enfrentan los productores. Las últimas semanas han visto un aumento en las existencias de cereal, lo que ha presionado aún más los precios a la baja.
La situación se ha visto agravada por las abundantes cosechas obtenidas en la última campaña agrícola, que han dejado a muchos agricultores con grandes cantidades de producto sin vender. Del Brío considera que es fundamental que los agricultores comiencen a dar salida al cereal almacenado, ya que «no se puede seguir reteniendo el producto». En particular, señala que en el norte de España hay muchos agricultores que tienen almacenadas hasta dos cosechas, lo que pone en riesgo su viabilidad económica.
La necesidad de vender y la incertidumbre del mercado
El vocal de la lonja subraya la importancia de que los agricultores se mentalicen sobre los precios actuales y tomen decisiones sobre la venta de su producto. «Estamos en este ciclo», afirma, sugiriendo que la superficie sembrada de cereal podría descender ligeramente en el futuro, aunque advierte que no hay alternativas claras para los productores que buscan rentabilidad. «¿Qué siembras? Esa es la pregunta del millón», lamenta Del Brío, quien también apunta a la complicación de la sementera debido a factores climáticos adversos.
La falta de lluvias ha dificultado la siembra de cultivos alternativos, como la colza, que solo se ha podido cultivar en regadío. Esta situación ha llevado a muchos cerealistas a considerar la opción de «tirar la toalla», lo que podría tener repercusiones significativas en el sector agrícola. Del Brío concluye que el crecimiento futuro del sector podría depender en gran medida del cereal, que ha demostrado ser una apuesta más segura en la última campaña.
Con el panorama actual, los agricultores se enfrentan a desafíos considerables, y la necesidad de adaptarse a las condiciones del mercado es más urgente que nunca. La presión sobre los precios y la incertidumbre sobre las cosechas futuras continúan siendo temas de gran relevancia para el sector agrícola español.
