Desarrollo urgente: El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la CGT han rendido homenaje a José Ignacio Rucci al nombrar una calle en su honor, generando controversia tras las declaraciones de la reconocida activista Hebe de Bonafini, quien lo calificó de «asesino».
Este acto de homenaje, realizado el 20 de octubre de 2025, coincide con el aniversario de la muerte de Mariano Ferreyra, un joven militante que fue asesinado en 2010 por una patota vinculada a la Unión Ferroviaria, lo cual añade un peso emocional significativo a la conmemoración. Kicillof, en un post en redes sociales, agradeció a los compañeros y compañeras por el homenaje, destacando la relevancia de Rucci en la historia del movimiento sindical argentino.
Contexto crítico: Rucci, quien fue secretario general de la CGT en los años 70, está vinculado a varios episodios violentos en la historia argentina, incluyendo la masacre de Ezeiza y la creación de grupos que persiguieron a activistas dentro de los sindicatos. La polémica se intensificó con las declaraciones de Bonafini, quien en 2008 afirmó que «Rucci fue un asesino que mató a montones de pibes», refiriéndose a su papel en la represión.
Impacto inmediato: El homenaje a Rucci y la respuesta de Bonafini han desatado un debate intenso sobre la memoria histórica y la violencia política en Argentina. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, este acto sirve como un mensaje claro de la Fuerza Patria y ha reavivado las tensiones entre diferentes sectores políticos y sociales.
Próximos pasos: Los ciudadanos y militantes esperan con atención cómo se desarrollará esta controversia en los días previos a las elecciones, mientras las redes sociales se inundan de reacciones tanto a favor como en contra de la figura de Rucci. La situación evidencia la polarización en el país y cómo los eventos históricos siguen influyendo en la actualidad política.
