Una estudiante secundaria ha enviado una carta conmovedora en apoyo a los jubilados que cada miércoles enfrentan la represión de la ministra Patricia Bullrich en el Congreso. Este mensaje resuena con fuerza en un contexto donde la violencia de las fuerzas de seguridad se ha vuelto habitual, evidenciando un operativo violento contra quienes exigen una jubilación digna y un sistema de salud justo.
La carta destaca la indignación de la juventud hacia un gobierno que, según denuncia, está en sintonía con las exigencias del FMI y de EE.UU., priorizando a los más privilegiados mientras deja a otros en condiciones de vulnerabilidad. «Nos quieren disciplinar a través del terror», afirma la estudiante, enfatizando cómo las manifestaciones pacíficas son sistemáticamente atacadas.
La represión no solo afecta a los jubilados, sino también a los jóvenes que se manifiestan por un futuro mejor, quienes enfrentan la posibilidad de ser detenidos o heridos gravemente por ejercer su derecho a la protesta. Testigos han documentado cómo las fuerzas de seguridad utilizan tácticas agresivas para disuadir a quienes alzan la voz, sembrando miedo entre la población.
Sin embargo, la carta también trae un mensaje de esperanza y resistencia: «A los jubilados les quiero decir que no están solos», expresa la autora, subrayando que la juventud se une a su lucha por un cambio social. «La bronca la transformamos en organización porque creemos que podemos pelear todos juntos».
Este sentimiento de unidad es palpable en las calles del Gran Buenos Aires, donde cada semana se lleva a cabo una manifestación en defensa de los derechos de los jubilados y de todos aquellos que han sido marginados por un sistema que prioriza los intereses económicos sobre el bienestar del pueblo.
Esta situación crítica refleja una creciente preocupación social, donde cada vez más ciudadanos se sienten obligados a elegir entre lo básico, como pagar el alquiler o comprar alimentos. La lucha continúa, y los jóvenes se muestran decididos a no permitir que la historia se repita, recordando que el pasado no debe ser olvidado.
El llamado a la acción se intensifica: “Cuando el fuego crezca quiero estar allí”, concluye la estudiante, mostrando su compromiso con la causa. La lucha por una sociedad más justa y equitativa sigue viva, y la comunidad se organiza para enfrentar la adversidad con valentía y determinación.
