Desarrollo urgente: En un acto polémico en Formosa, el gobernador Gildo Insfrán y el senador José Mayans rindieron homenaje a los soldados del Regimiento de Monte 29, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, lo que ha desatado un fuerte repudio en sectores políticos y sociales.
El evento, celebrado recientemente, fue presentado como un “sentido homenaje” a los soldados que participaron en el enfrentamiento con Montoneros en 1975, pero se percibe como una reivindicación de figuras asociadas a la defensa de genocidas. El silencio de Fuerza Patria ante esta controversia es alarmante, pues no ha habido ninguna condena ni comunicado oficial sobre el evento.
El homenaje, que tuvo amplia cobertura mediática, es visto como una manifestación de la política negacionista del oficialismo. Villarruel, en su mensaje, defendió al Ejército y a “todos sus héroes”, lo que amplifica la preocupación de sectores que luchan por la memoria y justicia por los crímenes de la última dictadura militar.
Una voz crítica ha sido la de Myriam Bregman, diputada del Frente de Izquierda, quien ha denunciado la complicidad política detrás de esta celebración, afirmando que estos actos no son inocentes y que se dan en un contexto donde se busca impunidad para los genocidas. “Los defensores del genocidio no pueden ser considerados héroes”, enfatizó.
El Regimiento de Monte 29 es conocido por su papel en las violaciones de derechos humanos durante la dictadura, operando como un centro clandestino de detención y exterminio. El jefe militar de este regimiento, Reinaldo Alturria, fue clave en el golpe del 24 de marzo de 1976 y se convirtió en el primer gobernador militar de la provincia.
El silencio del peronismo, especialmente de Fuerza Patria, se produce en un momento crítico para el gobierno de Javier Milei, que enfrenta una crisis política y económica sin precedentes. Este apoyo implícito a Villarruel, quien podría asumir un rol más prominente si el gobierno actual cae, envía un mensaje preocupante sobre las alianzas políticas en juego.
El acto ha sido criticado por diversas organizaciones y sectores de la sociedad, quienes ven en este homenaje una falta de respeto a las víctimas del terrorismo de Estado. Las repercusiones continúan, y se anticipa que el 30 de octubre se llevará a cabo una audiencia en la Cámara de Casación, donde se discutirán criterios legales sobre el juicio a los militantes de los años 70, lo que podría intensificar el debate sobre la memoria y justicia en Argentina.
Mientras tanto, la comunidad y organizaciones de derechos humanos siguen clamando por un reconocimiento real de las atrocidades cometidas durante la dictadura, en un contexto donde el silencio de figuras políticas como Insfrán y Mayans resulta cada vez más ensordecedor. Este es un tema que no solo afecta la memoria colectiva, sino que también impacta el presente y futuro político del país.
El acto en Formosa no solo es un homenaje; es un reflejo de las tensiones políticas actuales y un llamado a la acción para quienes luchan por la verdad y la justicia. Las voces que se alzan contra la impunidad son más necesarias que nunca.
