Desarrollos recientes: En una entrevista en YouTube, Gustavo Cordera afirmó que está siendo víctima de una «cancelación» organizada, generando un torbellino de reacciones en el ámbito social y político. Este debate se enmarca en un contexto de creciente atención hacia la violencia de género y la libertad de expresión, temas que han captado la atención del público en Argentina.
Contexto crítico: Las declaraciones de Cordera en 2016, donde insinuó que «hay mujeres que necesitan ser violadas», desataron un repudio generalizado, lo que llevó a la cancelación de sus conciertos y a que algunas emisoras de radio dejaran de reproducir su música. En la reciente charla con Pedro Rosenblat, Cordera sugirió que nunca antes se había visto una organización tan eficiente para su persecución.
Impacto actual: La controversia ha reavivado el debate sobre la cultura de la cancelación y la libertad de expresión en un país donde el feminismo y la lucha contra la violencia machista son temas candentes. La respuesta a Cordera no provino del movimiento feminista, sino de organismos del gobierno de Mauricio Macri, que lo imputaron en 2017 por incitación a la violencia.
La voz de la comunidad: Críticos argumentan que la defensa de la libre expresión no debe ignorar el impacto de discursos misóginos. La invitación a Cordera y su posterior justificación por parte de Rosenblat han sido vistas como una forma de minimizar la gravedad de las violencias de género. Las justificaciones de Rosenblat, quien dijo no «jugarse cosas en el cuerpo» porque no es mujer, han sido duramente criticadas.
Reacciones en redes: La discusión sobre si existe o no una cultura de la cancelación sigue vigente, con voces que reclaman que la defensa de la libertad de expresión no puede ser un escudo para discursos que perpetúan la opresión. En este contexto, los recientes anuncios de programas que atacan la violencia machista revelan que el debate no solo es necesario, sino urgente.
Próximos pasos: A medida que estas conversaciones se desarrollan, es crucial seguir cuestionando qué voces se amplifican en los medios y cómo se aborda la violencia de género en la sociedad. La lucha por la visibilidad de las voces críticas sigue siendo esencial, especialmente cuando se trata de asegurar que la violencia y la opresión no sean normalizadas.