Ceuta, enclave español en el norte de África, enfrenta una crisis migratoria sin precedentes. Grupos criminales subsaharianos han orquestado un alarmante aumento de asaltos a la valla, utilizando plataformas digitales como Telegram, Facebook y TikTok para promocionar sus operaciones y atraer a miles de inmigrantes ilegales. La situación ha alcanzado un punto crítico, con 2,418 entradas registradas hasta agosto de 2025, un 24,9% más que en el mismo periodo del año anterior y proyecciones que superan las 3,600 para finales de este año.
Desde la invasión masiva de 2021, el flujo de inmigrantes ha crecido exponencialmente. En 2022, se registraron 767 entradas ilegales, mientras que en 2023708. Sin embargo, el año 2024 marcó un cambio drástico con 1,936 entradas, un incremento del 173,4% respecto al año anterior.
Más de 2,000 inmigrantes, que abarcan desde magrebíes hasta subsaharianos y asiáticos, aguardan la oportunidad de cruzar la frontera en zonas como Beliones y el Monte de la Mujer Muerta. Fuentes policiales han señalado que estos grupos operan con una precisión quirúrgica, eludiendo controles marroquíes que, aparentemente, se han relajado en los últimos meses. Un agente de la Guardia Civil ha descrito la situación como una «operación militarizada», donde se eligen noches de luna nueva y se lanzan distracciones para facilitar los asaltos.
El verdadero motor de esta crisis es la propaganda digital. Los traficantes comparten en tiempo real los éxitos de sus operaciones en redes sociales, creando un efecto llamada incontrolable. Un grupo en Telegram cuenta con casi 50,000 miembros, donde se celebran las llegadas exitosas y se publican imágenes de condiciones de vida en el CETI de Ceuta, que se asemejan más a un resort que a un centro de acogida.
«¡Llegué y ya soy libre! Documentos en mano, barco a Algeciras gratis», publicó recientemente un inmigrante en una de estas plataformas, ilustrando el atractivo de las promesas de acogida inmediata. Estas imágenes se vuelven virales entre miles de potenciales inmigrantes en el Sahel y Africa Occidental, intensificando la presión sobre las ya saturadas instalaciones de Ceuta.
El Gobierno español ha sido criticado por su inacción, ya que, a pesar de que el CETI tiene capacidad para 512 plazas, actualmente alberga a más de 1,000 personas. Los traslados a la península se realizan sin filtros rigurosos, lo que agrava la crisis. Mientras tanto, Marruecos parece desentenderse de la situación, recordando la crisis de 2021 como un chantaje político.
Fuentes policiales advierten de una posible escalada de asaltos más agresivos este otoño, inspirados por los videos virales en TikTok. La combinación de redes criminales organizadas y la viralización de sus éxitos en redes sociales están desbordando las capacidades de Ceuta, poniendo en riesgo la seguridad y estabilidad de la región. Las autoridades deben actuar con urgencia para abordar esta crisis antes de que se vuelva aún más insostenible.