En un desarrollo reciente, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, defendió la decisión de no elevar el nivel de peligrosidad a 3 durante los devastadores incendios forestales de agosto, afirmando que la Junta «llevaba la situación de forma correcta». Este pronunciamiento se produce en medio de críticas crecientes sobre la respuesta del Gobierno ante la crisis.
Sen, en declaraciones durante la presentación de un informe sobre los recursos utilizados para combatir los incendios, expresó su sorpresa ante las solicitudes de más medios y recursos por parte de la Junta y su presidente, Alfonso Fernández Mañueco. A pesar de las peticiones, Sen indicó que estas no se tramitaron a través del CECOPI, el órgano correspondiente para abordar emergencias.
«No le corresponde a mi oficina valorar políticamente la situación», afirmó Sen, destacando que el Gobierno trabajó desde el «minuto uno» en coordinación con la Junta. En total, alrededor de 5,700 efectivos de la Administración General del Estado y más de 900 medios participaron en la extinción de los incendios que azotaron la región.
Sen detalló que entre los recursos destacados, la Unidad Militar de Emergencias (UME) movilizó aproximadamente 1,700 militares y cerca de 650 medios para combatir los incendios. Los aviones-cisterna Canadair del Ejército del Aire y el Espacio estuvieron en operación durante 28 días, realizando unas 4,000 descargas y acumulando 1,440 horas de vuelo.
El informe también reveló que el Ministerio del Interior desplegó un total de 3,000 efectivos, de los cuales 2,600 eran de la Guardia Civil y 375 de la Policía Nacional. Además, se utilizaron recursos avanzados como dos helicópteros, 15 drones y seis oficinas móviles.
Las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) también jugaron un papel crucial, interviniendo en 37 incendios con la realización de 920 servicios. A esto se sumaron 213 medios, de los cuales 207 eran aéreos.
Ante la gravedad de la situación, la Dirección General de Protección Civil activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil, que resultó en el envío de 66 bomberos y seis medios aéreos de países como Italia y Francia. Sen subrayó la importancia de la prevención y la lealtad institucional para enfrentar emergencias futuras.
Este episodio pone de relieve la necesidad de una evaluación crítica de la respuesta ante incendios, mientras la comunidad sigue lidiando con los efectos devastadores de estos desastres naturales. A medida que se desarrollan más detalles sobre la gestión de esta crisis, el foco se centra en las lecciones aprendidas y las estrategias para el futuro.