Desarrollo urgente: La Fiscalía de Catania ha solicitado penas de hasta nueve años de prisión para tres inmigrantes egipcios acusados de participar en la violación grupal de una niña de 13 años en los baños del parque Villa Bellini durante las celebraciones de Santa Ágata. Los hechos ocurrieron la noche del 30 de enero de 2024, cuando la menor paseaba con su novio de 17 años y fueron interceptados por un grupo de siete jóvenes.
En un ataque violento, el novio fue golpeado y retenido mientras dos de los agresores, uno adulto y otro menor, abusaban sexualmente de la niña en un baño público. Los implicados ya habían sido condenados previamente, con una pena de 12 años y 8 meses para el adulto, ratificada por el Tribunal de Apelación de Catania en julio. El menor cumple su condena en un centro comunitario bajo arresto domiciliario.
La fiscal Anna Trinchillo, encargada del caso, ha pedido una condena más leve de cinco años y cuatro meses para un cuarto sospechoso que colaboró con las autoridades. Las solicitudes se presentaron ante la Segunda Sección Penal del Tribunal de Catania, que sigue el juicio de los restantes acusados, no solo por su implicación en la agresión sexual, sino también por violencia privada contra el joven novio.
Durante el juicio, expertos forenses presentaron pruebas clave, incluyendo muestras de ADN que vinculan a los agresores con el crimen, lo que refuerza la versión de la fiscalía. Las investigaciones sugieren que el ataque fue premeditado, ya que el grupo habría seguido a la pareja antes de acorralarlos.
La familia de la menor y su exnovio han sido admitidos como demandantes civiles en el juicio, que se celebra a puerta cerrada para proteger la identidad de la víctima. Las declaraciones finales están programadas para el 2 de diciembre, mientras que los alegatos definitivos de la acusación y la defensa se presentarán en febrero de 2026.
La fiscal Trinchillo subrayó ante el tribunal que las pruebas «no dejan margen para la duda» sobre la participación de los acusados, describiendo el incidente como «una agresión coordinada, prolongada y cruel contra una menor indefensa». Este caso ha generado una fuerte indignación en la sociedad italiana, resaltando la urgencia de abordar la violencia sexual y proteger a las víctimas.
