Desarrollo urgente: El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha confirmado la condena de 20 años de prisión a Ghislaine Maxwell, cerrando así la vía judicial a su apelación por tráfico sexual de menores en connivencia con Jeffrey Epstein. Esta decisión, emitida sin comentarios, asegura que Maxwell no cuenta con protección legal frente a las acusaciones que la vinculan a uno de los escándalos de abuso más notorios en las últimas décadas.
La defensa de Maxwell había argumentado que un acuerdo de no procesamiento alcanzado por Epstein en 2007 debía protegerla de cargos futuros, pero tanto una Corte de Apelaciones como el Supremo han desestimado esta interpretación, afirmando que el acuerdo solo era aplicable en Florida y no afecta a la acusación presentada en Nueva York.
El fallo se produce en medio de un gran interés mediático, especialmente tras un encuentro entre altos funcionarios del Departamento de Justicia bajo la administración de Donald Trump y Maxwell, donde se discutió su relación con Epstein. Este encuentro ha reavivado las dudas sobre las conexiones de Epstein con figuras influyentes, incluyendo a Trump.
La condena de Maxwell, impuesta en 2021, sigue siendo un tema de gran relevancia no solo por el impacto legal, sino también por las implicaciones sociales sobre el poder y la impunidad. Su defensa, liderada por David Oscar Markus, ha calificado la decisión del Supremo como “profundamente decepcionante” y ha señalado que continuarán buscando alternativas legales, aunque con pocas expectativas de éxito.
Con la negativa del Supremo, la situación de Maxwell parece encaminarse hacia un cierre, mientras ella cumple su condena en una prisión de mínima seguridad en Texas. Su única esperanza de libertad anticipada radica en un indulto presidencial, una opción que, aunque ha sido considerada, representa un riesgo político significativo.
El impacto de la decisión del Tribunal Supremo se siente en el ámbito judicial y más allá, simbolizando un respaldo implícito a la gestión de la administración Trump sobre el caso Epstein, que ha estado bajo escrutinio constante debido a la presión pública para desclasificar documentos vinculados a la investigación.
La saga judicial de Maxwell, que ha capturado la atención del público, ahora se encuentra en un punto crítico, y su futuro depende de la política y de las decisiones que se tomen en las próximas semanas. La situación sigue desarrollándose, y se espera que continúe generando debate tanto en los medios como en la opinión pública.