Desarrollo urgente: El Tribunal Supremo de Brasil ha confirmado este martes la condena de 27 años y tres meses de prisión contra el expresidente Jair Bolsonaro por su presunto intento de golpe de Estado, lo que marca un hito crucial en la política brasileña.
El juez Alexandre de Moraes ha declarado que no se admiten más recursos, abriendo la puerta para que se ejecute la condena contra Bolsonaro, así como contra el exjefe de la agencia de Inteligencia brasileña Abin, Alexandre Ramagem, y el exministro de Justicia Anderson Torres.
La decisión del tribunal ha sido categórica, señalando que la defensa de Bolsonaro tendría que presentar al menos dos votos absolutorios para que se reconsiderara el caso, y hasta ahora solo uno de los jueces se mostró a favor de descartar la condena en su contra, según el medio brasileño O Globo.
Este fallo se produce en un contexto de creciente tensión en Brasil, ya que Bolsonaro se encuentra actualmente detenido de forma preventiva en la sede de la Policía Federal de Brasilia, lo que podría desatar protestas y reacciones de sus seguidores.
La vigilia en apoyo a Bolsonaro ha sido calificada por el juez como una «reunión ilícita», destacando que la oración ha pasado a ser considerada un crimen en el país. Este cambio de enfoque en la justicia brasileña refleja un momento decisivo en la lucha contra la impunidad y el respeto por el estado de derecho.
Con este veredicto, Brasil se enfrenta a un nuevo capítulo en su historia política, y todos los ojos están puestos en cómo reaccionarán los simpatizantes de Bolsonaro y qué acciones tomarán las autoridades para mantener el orden en el país.
Los próximos días serán cruciales, ya que se espera que la defensa de Bolsonaro evalúe sus opciones legales y se prepare para apelar, aunque las posibilidades de éxito parecen limitadas tras la decisión del tribunal.
Este desarrollo no solo impacta a la política interna de Brasil, sino que también envía un mensaje claro a líderes de otras naciones sobre las consecuencias de acciones antidemocráticas.
