El precio de la vivienda en España ha alcanzado, por primera vez desde que existen registros, un nuevo récord histórico, superando el máximo establecido durante la burbuja inmobiliaria de 2008. Según el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, el metro cuadrado de vivienda libre se incrementó un 12,1% interanual en el tercer trimestre de 2023, situándose en 2 153,4 euros, un dato que supera los 2 101 euros que marcaron el pico previo al estallido de la crisis financiera.
Este aumento alarmante se produce en un contexto en el que Euskadi se encuentra en plena discusión de una profunda renovación legislativa en materia de vivienda. Ayer, en Donostia, se celebró el congreso internacional House Action, donde la Comisión Europea reiteró su apoyo a las zonas tensionadas para contener la especulación. La subida trimestral del 2,9% refleja una dinámica que ha superado todas las previsiones.
El impacto de las zonas tensionadas
Los datos revelan que las comunidades que han declarado zonas tensionadas están logrando contener mejor la subida de precios. Navarra, por ejemplo, ha visto un aumento de solo 1,2% en los precios, menos de la mitad de la media nacional, gracias a esta regulación. Galicia, con varios municipios recientemente declarados como tensionados, incluido A Coruña, se situó en un 1,9% de incremento. En Cataluña, donde casi el 90% de las zonas tensionadas del país se encuentran, el crecimiento es ligeramente inferior a la media, indicando que, a pesar de sus limitaciones, la intervención pública puede moderar tendencias de precios que en otras regiones siguen descontroladas.
El mensaje fue subrayado en el evento de Donostia por Matthew Baldwin, jefe del Grupo de Trabajo de Vivienda de la Comisión Europea, quien afirmó que «Europa dice sí a las zonas tensionadas» y adelantó que Bruselas está desarrollando una plataforma paneuropea de inversión para vivienda asequible.
Esta declaración de apoyo europeo llega en un momento crucial para Euskadi, donde se debate una Ley de Medidas Urgentes en Vivienda, Suelo y Urbanismo. En lugar de centrarse en la intervención de precios, esta ley propone flexibilizar trámites y reducir exigencias urbanísticas con la esperanza de que un aumento en la oferta solucione la crisis. Sin embargo, esta estrategia choca con la evidencia histórica que muestra que la construcción masiva en los años previos a 2008 no detuvo el crecimiento de precios.
La desconexión entre la oferta y la demanda
La situación actual también pone de relieve la desconexión entre los precios ofrecidos en el mercado y el precio real de venta. Según informes de Idealista y Fotocasa, el precio medio de oferta supera los 2 672 euros/m2, mientras que las escrituras notariales indican que las propiedades se venden, en realidad, a 1 866 euros/m2. Esta discrepancia del 43% puede inducir a los compradores a creer que están encontrando oportunidades excepcionales.
La situación exige un liderazgo político decidido y una voluntad regulatoria firme. Algunas voces sugieren que limitar la compra de viviendas por parte de fondos, empresas y compradores extranjeros en zonas de alta presión podría ayudar a enfriar los precios. Asimismo, se sugiere que los grandes ayuntamientos sigan el ejemplo de Barcelona, que ha tomado medidas contra la proliferación de pisos turísticos que están afectando al mercado residencial.
El contexto actual presenta un desafío considerable para las políticas de vivienda en España, donde la intervención estatal parece ser más necesaria que nunca para garantizar el acceso a la vivienda como un derecho fundamental.
