El Comité Olímpico Internacional (COI) ha decidido prohibir la participación de atletas trans en las competiciones femeninas de los Juegos Olímpicos, una medida que podría tener un impacto significativo en los Juegos de Los Ángeles 2028. Esta decisión se basa en una revisión de pruebas que sugieren que los atletas trans que han nacido hombres pueden tener ventajas deportivas sobre sus contrapartes femeninas.
La presidenta del COI, Kirsty Coventry, ha estado impulsando esta iniciativa, que busca establecer un marco común para todos los deportes y reemplazar las normas actuales que permiten a las federaciones decidir sobre la inclusión de competidoras trans. Esta propuesta podría marcar un cambio radical en la política deportiva internacional y excluiría a las mujeres trans de cualquier disciplina olímpica.
Aunque la medida aún no ha sido oficialmente aprobada, se espera que un anuncio formal se produzca en febrero, con la implementación de la nueva norma retrasada entre seis meses y un año. Esta política no afectará a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en Italia, pero sentará un precedente histórico para el movimiento olímpico.
El COI ha enfrentado controversias en el pasado, como lo sucedido con la halterófila neozelandesa Laurel Hubbard en Tokio 2021, lo que ha llevado a una mayor presión para reforzar la integridad de la competencia femenina. La revisión también aborda los casos de atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD), que han sido objeto de polémica por sus actuaciones en competencias recientes.
Durante reuniones en Lausana, la doctora Jane Thornton, directora médica del COI, presentó un informe que analiza las últimas investigaciones sobre identidad de género y rendimiento deportivo, subrayando la distinción crucial entre atletas trans y aquellas con DSD.
En un contexto más amplio, la postura del COI refleja una tendencia política más amplia, alineándose con la decisión del presidente estadounidense Donald Trump, quien firmó una orden ejecutiva que prohíbe la participación de mujeres trans en competiciones femeninas en EE.UU. El COI está consciente de la sensibilidad del tema y busca evitar conflictos diplomáticos en el año previo a los Juegos de Los Ángeles.
Si se confirma esta nueva política, será un giro histórico en el olimpismo moderno y consolidará la posición de Coventry como una de las dirigentes más influyentes del deporte mundial, quien ha defendido la necesidad de preservar la categoría femenina frente a cualquier ventaja biológica derivada del sexo de nacimiento.
