Los miembros del Banco Central Europeo (BCE) se reúnen hoy para tomar decisiones cruciales sobre la política monetaria. En un movimiento inesperado, el BCE ha decidido pausar las bajadas de tipos de interés después de haber reducido las tasas en ocho ocasiones, siete de ellas consecutivas. Este alto en el camino se produce en un contexto donde la inflación en el bloque del euro se sitúa en el 2%, permitiendo al BCE, presidido por Christine Lagarde, conservar ‘pólvora seca’ para posibles acciones en caso de una guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (UE).
La pausa se produce a pocos días del vencimiento del plazo para que EEUU y la UE lleguen a un acuerdo comercial, ya que, de no lograrlo, las tarifas que la Casa Blanca pretende imponer a productos europeos entrarían en vigor el 1 de agosto. En este sentido, los mercados están aumentando sus expectativas sobre los aranceles, con Donald Trump amenazando con imponer gravámenes del 30%. Aunque el Financial Times reportó que el presidente está considerando tasas de entre el 15% y el 20%, estas aún se encuentran por encima del 10% anunciado el 2 de abril.
Los analistas advierten que cualquier incremento de aranceles por encima del 10% podría desatar represalias de la Comisión Europea (CE), iniciando una guerra comercial que afectaría gravemente a ambos socios. Si el BCE opta por no mover ficha hoy, tendría más margen de maniobra para bajar los tipos de interés si las tensiones comerciales se intensifican, lo que podría aliviar la presión sobre la economía de la eurozona.
Este escenario es crítico, ya que el mercado estadounidense representa un componente vital para la región, con exportaciones de la UE a EEUU equivalentes al 3% del PIB en 2024. Sin embargo, las amenazas arancelarias han empezado a distorsionar los datos económicos, con un aumento anómalo en las exportaciones observado en el primer trimestre de 2025. A medida que se disipe este efecto, las nuevas cifras del PIB podrían mostrar una contracción del 0,1% intertrimestral entre abril y junio, cuyos resultados se publicarán el 30 de julio.
La reunión de hoy se considera una transición, pero el encuentro programado para el 11 de septiembre promete ser más significativo, ya que se espera que el BCE revele nuevas previsiones económicas. Mientras tanto, los analistas de DWS anticipan otro recorte de tipos de interés de 25 puntos básicos en septiembre, aunque advierten que un conflicto comercial más agudo podría llevar a una política monetaria aún más expansiva.
La incertidumbre sigue marcando el rumbo del BCE, con proyecciones que sugieren una reducción de la facilidad de depósito hasta el 1,75% en septiembre. Sin embargo, expertos de Pimco y Bank of America consideran probable que después de las vacaciones de verano, el BCE vuelva a intervenir, con recortes adicionales previstos en diciembre que podrían situar la tasa de nuevo en el 2%.
Con la fecha límite aproximándose y la situación económica volátil, las decisiones del BCE hoy podrían tener consecuencias de gran alcance para la economía de la eurozona y sus relaciones comerciales con EEUU.
