jueves, noviembre 13, 2025

El BCE anuncia el euro digital para 2029: ¿control total?

Noticia de última hora que cambia todo.
por 8 noviembre, 2025
Lectura de 2 min

El anuncio del Banco Central Europeo (BCE) sobre la posible implementación del euro digital en 2029 ha desatado un intenso debate sobre el control monetario en la Unión Europea. Este paso representa un avance hacia un modelo de vigilancia económica sin precedentes, cuestionando la privacidad financiera de los ciudadanos.

La propuesta del BCE sugiere que cada transacción con el euro digital podría ser registrada, lo que plantea serias dudas sobre la protección de datos personales. Aunque el BCE asegura que se garantizará un «anonimato relativo» y cumplimiento con el Reglamento (UE) 2016/679 (RGPD), la realidad es que un sistema digitalizado requeriría la recopilación sistemática de información personal, transformando la protección de datos en un tema de confianza institucional.

La situación se complica al considerar que, según el artículo 127 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, el BCE tiene la competencia exclusiva para emitir moneda. Este poder, que originalmente garantizaba la independencia monetaria, podría ser interpretado como un permiso para crear un sistema que facilite la vigilancia económica integral de los ciudadanos.

Los críticos, incluidos grupos como Alternativa para Alemania (AfD) y otros partidos conservadores, han manifestado su oposición, argumentando que el euro digital representa un riesgo para la soberanía monetaria y las libertades civiles. La erosión del principio de subsidiariedad y el control democrático sobre la política monetaria son preocupaciones centrales en este debate.

Mientras el BCE promete que el efectivo no desaparecerá, la realidad sugiere que la coexistencia será meramente simbólica, ya que el uso del efectivo está siendo cada vez más rechazado en comercios y espacios públicos. La retórica institucional sobre las «restricciones operativas» del nuevo sistema deja abierta la posibilidad de limitar el uso del dinero por razones macroeconómicas, lo que contradice el principio de libre disposición del patrimonio.

Este panorama plantea un futuro donde la digitalización de la moneda podría consolidar un nuevo paradigma de supervisión financiera permanente, legitimada por el Derecho de la Unión. El euro digital no solo funcionaría como un medio de pago, sino que podría convertirse en un mecanismo de disciplina económica.

A medida que nos acercamos a 2029, la preocupación por la estabilidad de precios no debe eclipsar la necesidad de resguardar la libertad individual, que podría verse comprometida en el proceso. La pregunta que queda en el aire es si la lucha contra el blanqueo de capitales y la evasión fiscal justifican la desaparición del anonimato económico, un derecho fundamental que protege la autonomía personal.

Este desarrollo no solo es un tema de política económica, sino una cuestión que afecta directamente la vida cotidiana de los ciudadanos en Europa. El BCE debe considerar con urgencia las implicaciones de esta transición hacia un euro digital, asegurando que la innovación no comprometa los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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