El 90% de los médicos de Málaga han secundado el cuarto día de huelga, según el Sindicato Médico de Málaga. Esta medida ha resultado en la suspensión de 232.000 consultas en toda Andalucía, además de un número significativo de intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas.
La huelga, que se desarrolla en un contexto de exigencia por un nuevo Estatuto Marco, ha recibido un fuerte respaldo de los médicos en formación (MIR) y cuenta con el apoyo del sindicato. En este sentido, se han iniciado nuevas negociaciones con el Ministerio de Sanidad, mientras el sindicato reafirma su compromiso de defender los intereses de los facultativos.
Protestas masivas y seguimiento de la huelga
Los médicos de Málaga han salido a la calle por cuarto día consecutivo para exigir mejores condiciones laborales. En este último día de movilizaciones, el seguimiento ha sido del 90%, según el sindicato, mientras que la Junta de Andalucía lo cifra en un 39,62%. Estas cifras marcan el punto culminante de una semana de protestas que incluyó dos concentraciones importantes: una en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y otra en el Hospital Regional Universitario de Málaga.
Antonio Martín, presidente del Sindicato Médico de Málaga, ha expresado su agradecimiento a todos los médicos por su participación, destacando que, a pesar de los elevados servicios mínimos impuestos por el SAS, los profesionales han mostrado un compromiso ejemplar con la defensa de la profesión y la calidad del sistema sanitario público.
Impacto de la huelga en la atención sanitaria
Durante los días de huelga, el consejero de Sanidad, Antonio Sanz, ha informado que se han tenido que suspender 155.831 consultas, 3.234 intervenciones quirúrgicas, 14.706 pruebas diagnósticas y 76.386 consultas externas. Este impacto en la atención sanitaria ha llevado a Sanz a calificar la situación como «insostenible», atribuyendo la responsabilidad a la ministra de Sanidad por no abordar adecuadamente el conflicto.
El sindicato ha dejado claro que no abandonará la lucha y continuará trabajando con firmeza para garantizar que los intereses laborales, profesionales y retributivos de los facultativos sean respetados y protegidos. La situación actual refleja un creciente descontento en el sistema de salud pública español, que podría tener repercusiones a largo plazo si no se logra una solución rápida y efectiva.
