Desarrollo urgente: El gobierno de Estados Unidos está considerando imponer aranceles del 100% a las importaciones de Nicaragua en respuesta a graves violaciones de derechos humanos y laborales perpetradas por el régimen de Daniel Ortega.
La Oficina del Representante Comercial (USTR) ha presentado un informe que destaca cómo el gobierno sandinista está «desmantelando el Estado de derecho» y cometiendo abusos sistemáticos contra las libertades fundamentales, lo que ha llevado a esta drástica medida.
La propuesta podría elevar los aranceles sobre todos los productos nicaragüenses de manera inmediata o progresiva en un plazo de hasta doce meses, además de suspender parte de los beneficios del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA-DR).
Este endurecimiento de las sanciones, si se aprueba, marcaría una escalada sin precedentes contra el régimen de Managua, que ya había enfrentado sanciones comerciales parciales. Marco Rubio ha denunciado la tiranía que sufre el pueblo nicaragüense, enfatizando que «Estados Unidos continuará apoyando una Nicaragua libre, justa y democrática».
En 2024, Estados Unidos importó bienes nicaragüenses valorados en 4,600 millones de dólares y exportó 2,700 millones de dólares, resultando en un déficit comercial de 1,900 millones de dólares para Washington. Las nuevas sanciones impactarían principalmente los sectores textil, agrícola y manufacturero, pilares de la economía nicaragüense.
El informe de la USTR subraya que el régimen de Ortega no solo viola derechos laborales y políticos, sino que también reprime a la oposición, mantiene presos políticos y censura a los medios, convirtiendo a Nicaragua en un «Estado fallido» bajo el control de una cúpula autoritaria.
La decisión final sobre los aranceles podría adoptarse antes de que finalice el año, en medio de crecientes presiones internacionales sobre Managua por sus vínculos con Cuba, Venezuela, Irán y Rusia, así como por la persecución a la Iglesia católica y el cierre de cientos de ONG.
Con el deterioro político y el aumento de la represión en Nicaragua, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos críticos. La situación actual no solo afecta a la economía nicaragüense, sino que también plantea un desafío significativo para la política exterior de Estados Unidos en la región.