Un nuevo informe de Educo revela que dos de cada tres alumnos consideran que la comida del comedor escolar no es buena. Según la encuesta realizada a más de 1,600 adolescentes de entre 12 y 18 años en España, el 27% califica la comida como mala o muy mala, mientras que solo el 34% la ve como buena o muy buena.
A pesar de que el 94.5% de los encuestados reconoce que el comedor ofrece beneficios como la conciliación familiar y la socialización, la valoración media del espacio no supera el 3 sobre 5. La directora general de Educo, Pilar Orenes, expresa su preocupación: «Es alarmante que, después de más de mil comidas a lo largo de la primaria, el comedor no reciba una mejor valoración, lo que indica un amplio margen de mejora».
Los estudiantes critican que la comida no es apetitosa y que la temperatura es inadecuada, con un 32.2% que la considera fría. Comentarios como «la comida era muy procesada» y «las raciones eran ridículas» reflejan una insatisfacción generalizada. A pesar de las críticas, 83.6% de los alumnos considera que la comida es saludable y variada.
Los espacios de comedor no solo son cruciales para la alimentación, sino también para el desarrollo social. Un 90.5% destaca la importancia de jugar y socializar con amigos durante este tiempo. Sin embargo, el 56% de los estudiantes reporta castigos por no comer lo suficiente y el 27% siente la presión de comer rápidamente.
Los monitores juegan un papel clave en la experiencia del comedor, y los alumnos piden un trato más justo y comprensivo. La paciencia y el respeto son las cualidades más apreciadas, pero muchos desean más autonomía en sus actividades. De hecho, 64.8% valora tener tiempo no estructurado para elegir sus juegos.
La encuesta también revela que muchos estudiantes sienten que no pueden participar en la toma de decisiones sobre el comedor, con el 94.7% pidiendo que se escuche más su opinión. «Los únicos que podían participar eran los padres y el director», dice uno de los adolescentes.
Educo aboga por un modelo de «Espacio Comedor 5 Estrellas» que sea universal y gratuito, integrando la voz de los niños en el diseño del espacio. La ONG considera que un comedor de calidad es una inversión en la educación y el bienestar infantil. «Un comedor de calidad no es un gasto, es una inversión en igualdad de oportunidades», concluye Orenes.
Con esta investigación, Educo busca presionar a las administraciones públicas para que mejoren las condiciones de los comedores escolares y se reconozca el papel educativo del personal encargado. La situación exige atención urgente, ya que la salud y el bienestar de miles de estudiantes están en juego, y su voz debe ser escuchada.
