Desarrollo reciente: Dos miradores históricos, la Silla de Felipe II y la Silla del Rey de La Granja, están atrayendo a amantes de la naturaleza y la historia en la Sierra de Guadarrama. Estos puntos de observación ofrecen vistas espectaculares y una conexión única con el pasado real de España.
La Silla de Felipe II, ubicada en el bosque de La Herrería en El Escorial, fue el lugar desde donde el rey supervisó la construcción del imponente Monasterio de El Escorial en 1563. Este monumental proyecto fue un homenaje a la victoria española en la batalla de San Quintín. Desde allí, los visitantes pueden disfrutar de panorámicas que abarcan los laderas de Abantos, rodeadas de vibrantes masas forestales que cambian de color con las estaciones.
Por otro lado, la Silla del Rey de La Granja, menos conocida, se sitúa en la vertiente segoviana de la sierra y fue un refugio para Felipe V, el primer Borbón en reinar en España. Este lugar, en el cerro conocido como El moño de la tía Andrea, fue testigo de la construcción del palacio de La Granja, inspirado en el Palacio de Versalles. Aquí, Francisco de Asís de Borbón, esposo de la reina Isabel II, dejó su huella con una inscripción que data del 23 de agosto de 1848.
Los visitantes pueden acceder a estas sillas a través de rutas sencillas. Para llegar a la Silla de Felipe II, la ruta comienza en la oficina de turismo de San Lorenzo de El Escorial, atravesando el espléndido Jardín y Huertas de los Frailes antes de adentrarse en el bosque. Este lugar fue declarado Paraje Pintoresco en 1961 y forma parte de la Red Natura 2000 por sus valiosas especies arbóreas.
La aventura continúa hacia la Silla del Rey de La Granja, comenzando en la Puerta de Cosíos, donde la realeza solía detenerse antes de entrar al palacio. Desde aquí, los caminantes recorren el Camino del Nogal de las Calabazas, un antiguo sendero que conecta Valsain y La Granja, llevando a los excursionistas a cruzar el arroyo de La Chorranca antes de ascender hacia el cerro.
Este viaje no solo ofrece vistas impactantes, sino que también permite a los visitantes sentir la historia y el legado de los monarcas españoles en un entorno natural impresionante. No te pierdas la oportunidad de sentarte en estas sillas reales y contemplar el esplendor de la Sierra de Guadarrama. La combinación de historia, naturaleza y vistas deslumbrantes las convierte en un destino imperdible para todos los amantes del turismo cultural y natural.
