Los bomberos de Castilla y León han intensificado su protesta exigiendo la dimisión de Alfonso Fernández Mañueco, José Ángel Arranz y Juan Carlos Suárez-Quiñones tras la devastación causada por los recientes incendios que han calcinado 141,000 hectáreas y dejado 4 muertos este año. «Ya se apagaron los incendios, pero no nuestra indignación», afirmaron los trabajadores del operativo.
En un comunicado urgente, los bomberos denunciaron que la gestión del operativo de incendios forestales es «inepta, negligente y criminal». Exigen un cambio radical, incluyendo la eliminación de empresas intermediarias y la creación de un cuerpo estable que trabaje durante todo el año. Además, piden reformas en salarios y condiciones laborales que reflejen la peligrosidad de su labor.
El descontento se ha intensificado tras la aprobación reciente de un decreto por la Junta que, según los bomberos, impone condiciones laborales inadecuadas y perpetúa la privatización de los servicios contra incendios. «Este decreto es un parche que no resuelve la crisis del operativo ni mejora nuestras condiciones», señalaron.
Los bomberos también hicieron hincapié en el impacto humano de esta situación, afectando a miles de ciudadanos. «La ciudadanía lo tiene claro, somos un servicio esencial a la comunidad», afirmaron. También hicieron eco de la frustración por la falta de diálogo con las autoridades, resaltando que la Junta no ha negociado verdaderamente con los representantes de los trabajadores.
Con este llamado urgente, los bomberos de Castilla y León buscan no solo justicia por sus condiciones laborales, sino también un compromiso real para enfrentar los desafíos de los incendios forestales. Las próximas horas son cruciales, ya que se espera que la presión aumente sobre los responsables políticos para que respondan a estas demandas. La comunidad observa y espera acciones concretas que reflejen una gestión más responsable y humana.
