Desarrollo urgente: Bélgica se posiciona como el único país europeo que refuerza su estrategia nuclear mientras España se aleja de esta fuente de energía. El Gobierno de Bart De Wever ha anunciado planes para construir ocho nuevas centrales nucleares antes de 2050, respaldados por un informe de la Oficina Federal de Planificación que detalla cómo garantizar el suministro eléctrico del país.
El informe resalta que, con este enfoque, la capacidad de los parques eólicos en la costa belga podría aumentar de 2,2 a 8 gigavatios, mientras que la nueva capacidad nuclear sumaría otros 8 gigavatios, equivalente a ocho reactores del tamaño de Doel 4. Este escenario es considerado el más eficiente en términos económicos y de seguridad energética.
Las proyecciones indican que Bélgica podría superar los 200 teravatios-hora de demanda eléctrica para 2050, es decir, más del doble que el consumo actual. Según Alex Van Steenbergen, coordinador del equipo de energía de la institución, “vamos hacia cifras nunca vistas”.
El modelo más conservador, que no incluye nuevos reactores, obligaría a Bélgica a depender de importaciones para cubrir hasta el 40% de su consumo eléctrico, un uso equivalente al total anual actual del país. En contraste, con la construcción de nuevas plantas nucleares, se estima que la producción nacional podría satisfacer cerca de un tercio de la demanda, disminuyendo significativamente la dependencia del extranjero.
Además, el estudio revela que el escenario nuclear es el más económico, con un precio medio de la electricidad alrededor de 115 euros por megavatio-hora, mientras que los modelos que excluyen esta tecnología podrían aumentar los costos entre un 25% y 35%.
Sin embargo, el director de la Oficina, Baudouin Regout, subrayó que la decisión final no es solo numérica, ya que hay factores políticos y estratégicos que deben considerarse, como la gestión de residuos radiactivos y la importación de combustible desde fuera de la UE.
Lo que es indudable es que Bélgica se está inclinando cada vez más hacia la energía nuclear, mientras que España, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, persiste en un calendario de cierre que lo convierte en el único país de la Unión Europea decidido a desmantelar esta fuente de generación.
Con este cambio en la política energética, los expertos advierten que el futuro del suministro eléctrico en Europa podría estar en juego, con implicaciones significativas para la seguridad energética y la economía de ambos países. ¿Qué pasos tomará España ante esta nueva realidad? La respuesta a esta pregunta es crucial para el futuro energético del continente.
