Desarrollo urgente: La oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el BBVA sobre el Banco Sabadell ha sido duramente criticada, calificándola como un «asalto oportunista» que menosprecia a los accionistas. El folleto enviado a la CNMV no presenta una justificación sólida, sino que se percibe como un intento de absorber un activo valioso a un precio de saldo.
Los críticos argumentan que la propuesta del BBVA, que incluye una supuesta prima del 30% sobre el precio de cierre de las acciones de Sabadell, es engañosa y se desmorona bajo el escrutinio. En lugar de efectivo, el canje propuesto consiste en acciones de nueva emisión de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada 5.5843 acciones de Banco Sabadell, lo que se considera un «timo de la estampita».
La percepción general es que esta OPA es insuficiente y muestra un desprecio hacia los actuales propietarios de Sabadell, que han prometido 6,300 millones de euros en dividendos hasta 2027, incluyendo un dividendo extraordinario de 2,500 millones de euros por la venta de su filial británica TSB.
Además, la incapacidad del BBVA para ofrecer una OPA competitiva con una parte significativa en efectivo plantea dudas sobre su solidez financiera, dado que esto podría impactar negativamente en sus ratios de capital, regulados por el Banco Central Europeo (BCE). El folleto también revela que las sinergias que se esperan de la fusión están restringidas por el gobierno español, lo que limita el potencial de integración.
La situación se complica aún más debido a que más del 60% de las ganancias del BBVA provienen de países políticamente inestables como México y Turquía, lo que genera escepticismo sobre su capacidad de ofrecer valor real a los accionistas de Sabadell. La falta de una justificación convincente en el folleto ha llevado a cuestionar por qué los accionistas de Sabadell deberían renunciar a su independencia y unirse a un proyecto que parece ofrecer un canje de acciones con un valor muy discutible.
La presión está sobre el presidente del BBVA, Carlos Torres, quien enfrenta críticas por la mala planificación y ejecución de esta OPA. Si no logra atraer a los accionistas de Sabadell, su futuro en la dirección del banco podría estar en juego. La decisión final recaerá en el mercado, que evaluará si esta oferta es realmente atractiva o solo un intento fallido de adquisición.
La OPA continúa generando reacciones intensas y se espera que los próximos días sean cruciales para determinar su destino y el impacto en el sector bancario español.
