Desarrollo urgente: Casi el 50% de los municipios de Canarias —43 de 88— ha solicitado financiamiento para la rehabilitación de viviendas en zonas rurales ante la creciente crisis habitacional. Este incremento en las solicitudes de ayudas refleja la situación crítica que enfrentan muchas comunidades, particularmente los jóvenes, quienes son uno de los grupos más afectados por el despoblamiento y el éxodo hacia áreas metropolitanas.
La reciente convocatoria de ayudas destina un 20% de sus fondos a la población joven, con el objetivo de mejorar la habitabilidad en los municipios rurales y fomentar que los residentes permanezcan en estas localidades. En este contexto, varias ciudades como Las Palmas de Gran Canaria han solicitado ser declaradas zonas de mercado residencial tensionado, mientras Santa Cruz de Tenerife cumple con los requisitos para obtener esta declaración.
Los pequeños municipios rurales, donde la demanda de vivienda es menor, se presentan como alternativas atractivas para quienes buscan establecerse. Las ayudas del Gobierno canario se organizan en dos líneas principales: la rehabilitación de inmuebles municipales en desuso, con el fin de ampliar el parque público de alquiler social, y la adecuación de viviendas privadas para garantizar condiciones mínimas de habitabilidad y eficiencia energética.
En términos de impacto, La Victoria de Acentejo se posiciona como el municipio que más fondos recibe, con un total de 135,270 euros y 28 beneficiarios, superando incluso a otros municipios de islas no capitalinas que tradicionalmente han estado vinculados a programas de fijación de población. Otros municipios como San Sebastián de La Gomera han recibido 103,947 euros para 22 beneficiarios, mientras que en La Palma, Breña Alta y Breña Baja destacan con 88,454 y 83,982 euros respectivamente.
La situación es crítica en las 47 localidades de Canarias que enfrentan despoblamiento o estancamiento, con una densidad media de apenas 90 habitantes por kilómetro cuadrado. Este aumento en las solicitudes de ayudas evidencia la preocupación por mejorar el estado del parque residencial y retener a los habitantes en las zonas más afectadas. La atención a estos problemas es fundamental para el futuro de las comunidades rurales en el Archipiélago.
A medida que se avanza en la implementación de estas ayudas, es crucial seguir de cerca cómo impactarán estas medidas en la retención de la población y en la revitalización de los municipios canarios. La respuesta de las comunidades, así como el éxito de la convocatoria, será clave para determinar el rumbo de la vivienda en estas áreas en los próximos meses.
