Desarrollo urgente: Las acciones de Intel han caído drásticamente a $19 en operaciones previas a la apertura del mercado, borrando casi todas las ganancias acumuladas en 2025. Este desplome se produce tras una declaración impactante del expresidente Donald Trump, quien pidió públicamente la renuncia del CEO de Intel, Lip-Bu Tan.
El senador republicano Tom Cotton, de Arkansas, ha intensificado la presión sobre Tan, cuestionando su gestión y haciendo referencia a un caso penal pasado que involucra a la compañía. “Es crucial que el CEO de Intel hable sobre sus operaciones en el país”, afirmó Cotton, evidenciando la creciente preocupación del gobierno estadounidense respecto a la dirección de la empresa.
En medio de este clima de incertidumbre, Intel ha estado implementando recortes significativos de gastos, cerrando su división de fundición que fabricaba chips para terceros y cancelando proyectos en Alemania y Polonia. Estos movimientos estratégicos han llevado a la compañía a consolidar su división de ensamblaje en regiones más convenientes como Vietnam y Malasia.
Además, Intel ha anunciado un retraso en la construcción de una nueva fábrica de chips en Ohio, lo que podría ser el factor decisivo que ha llevado al gobierno a cuestionar su compromiso con la producción nacional. La situación está en desarrollo y el impacto en el mercado tecnológico podría ser significativo.
Los inversores y analistas están atentos a cómo se desarrollarán los acontecimientos en las próximas horas, ya que las decisiones de Trump y Cotton podrían tener repercusiones duraderas en la estrategia empresarial de Intel, así como en la confianza del mercado hacia el sector tecnológico.
